Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Nerón y la soledad del populista

Nerón quemó Roma, algo así como Theresa May. Aquí también hay mucho alumno aventajado del emperador romano pero sigue gobernando Mariano Rajoy, alguien a quien se aferra todavía el grueso de la ciudadanía según las encuestas porque lo ven más sólido en su laxitud. En momentos tan combustibles sobrevive aquél con más trienios o quien resistiría una glaciación. En «House of Cards» el presidente Underwood conserva también el poder por el cierre abrupto de las urnas, por las vacantes en el Supremo, por un rival inepto y por miedo al terrorismo acechante.

Blindado. Mariano también pervive en un contexto incendiario, inestable, sostenido por una minoría tambaleante y vapuleada en los tribunales, aprovechándose del viento de cola que le proporciona el independentismo catalán, el apoyo de los cotizados vascos y canarios y la división de la izquierda. Pero gobierna al fin y al cabo y tiene presupuestos. Por el contrario, aquí en València la derecha doméstica anda «encesa en flama», hace puntos cada día para seguir en la oposición dos lustros más.

Sin fontaneros. Lo que le falta al dividido PPCV es buena fontanería, alguien que apague sus fuegos. No hay ni eso ni elegancia en la política moderna, no la hay en el papel neroniano de Isabel Bonig, a quien se le ven maneras de bombera pirómana, impulsora de una gestora que aplaque la llama que ella parece avivar para dejar a Vicente Betoret en off. Aunque, aseguran las víctimas del proceso que «no hay gestora a la vista porque Maíllo está en otras cosas», en la comisión por la caja B del PP debe ser. Añadimos que la moción de censura a Mariano el próximo martes y el congreso del PSOE el fin de semana, le dejan poco margen para estas minucias periféricas.

Agonía. A Betoret sólo le queda resistir, con los medios de comunicación y la regional en contra, «en un congreso como toda la vida». Los suyos defienden que la presumida gestora sólo será más gasolina al fuego porque abrirá la veda. Denuncian que la presidenta hace con su líder lo mismo que con Rita y que con ella llegó el caos: «Valencia está en llamas, Moliner dimitió en Castelló e Isabel encadena frentes abiertos y contra Génova». En este contexto tan caliente ¿a quien envía el PP madrileño como hombre de paz a colonias? Al inefable Rafael Hernando para vacilar al Tio Canya. ¿Y si no van tan despistados los que sostienen que «en Génova no quieren a Bonig, pero ya es tarde para cambios»? No encontramos otra explicación a que mandaran al fenómeno de Hernando, a quien no imaginamos haciendo la coña con el euskera en la margen izquierda del Nervión, dicho sea de paso.

Sandeces. Hernando y Pablo Iglesias han opositado a una plaza de estulticia esta semana por su estilo. El primero fomenta la percepción aldeana de lo valenciano burlándose del apellido de Puig, algo que les impedirá recuperar el Consell. Puede seguir tranquilo el tripartito, sobre todo si además es capaz de blindarse ante los arrebatos pablistas. Que Iglesias acuse de ser conservadores al Bloc o su menosprecio a las «élites» de Compromís es como la paella con piña, una torpeza cañí. Iglesias sigue haciendo amigos y no entiende las alianzas sino bajo dos premisas: o por absorción fáctica -IU deglutida- o por subordinación a Podemos. Pablo no acepta más gallos en el gallinero y no hará una excepción con Mónica Oltra, aunque sea ese un proceloso camino que en la CV puede costarle no pocos disgustos políticos y mayor soledad.

Sánchez. En todo este embrollo semanal se alza el ave fénix de Pedro Sánchez, indultado por la demoscopia de Prisa, ahora marco de referencia, y suben su PSOE y Albert Rivera. ¿Está en su agenda levantar los cimientos del PSPV en el próximo congreso como si fueran les «llambordes» de Russafa, como desaconseja Boira, o harán un guiso? ¿Será posible ahora que puedan acometer eso de reconfigurar la socialdemocracia junto a su edecán Ábalos -el fontanero prudente- o volveremos a las andadas? Porque en València ya reviven las brasas del susanismo perdedor, con prisas por convocar el Congrés de País. Será para que no se armen candidaturas alternativas.

Barones. En todas las autonomías los derrotados barones se han apresurado a convocar a la militancia para pillar con el pie cambiado al sanchismo triunfante. «Es Ximo quien pone en peligro su condición» al unir su destino a su condición de secretario general, nos dicen los vencedores que reclaman reconocimiento porque penaron en la oposición contra el PPCV durante 20 años «y él estaba en Madrid comodamente en su escaño». Así las cosas, ¿es plausible una candidatura alternativa a Ximo Puig? La fontanería ganadora asegura que «no se descarta». El sanchismo valenciano le exige a Puig que separe el Consell del partido, porque el «PSPV ha de ser de la calle para robar el relato a Podemos y recuperar los votos prestados». No en balde, los hijos de los socialistas militan en el partido morado, un mecano nacido en 15M, de las traiciones de ZP.

Compartir el artículo

stats