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Un parque de árboles

Ya van llegando los árboles al futuro Parque Central aunque se trata de arbolitos hospicianos, huérfanos en su alcorque. Hace falta una oleada verde pese a que algún jardinero municipal considere los árboles de ciudad «elementos de mobiliario», hay que ser ceporro. Los árboles son viandantes quietos y sabios. No leen el periódico, pero se enteran de todo. Son como los gatos de Roma, el alma de la ciudad, la sombra, más en los gatos, de la noche hirviente de regodeo. El sexo feroz subido a los tejados y a los cuernos de la luna. Eso son. La gobernanta Rita Barberá se pasó un cuarto de siglo de mandatos (nunca mejor dicho) anunciando la inminencia del Parque, aun a sabiendas de que no era cierto.

El Parc Central és nostre i el volem verd, podríamos decir parafraseando a los pioneros de la lucha ecológica (hoy en una exposición en La Nau) que retuvo El Saler y el cauce del Turia para el recreo de todos. El Parque Central está entre Arrancapins y Russafa, donde la principal industria son el mantel y las copas. Barrios hermosos pero bloqueados por la falta de espacio, de descongestión. Más unos aparcamientos si no es molestia. Y más verde, empezando por los árboles, ciertos y pujantes, que ya existen y están, por ejemplo, en Bailén, frente a la estación del AVE . Dice el delegado del gobierno, Juan Carlos Moragues (es un buen tipo) que el alcalde Joan Ribó y el president regatean mucho con los dineros, pero es su obligación aunque el tripartito haya optado por un perfil bajo, el que se puede permitir con los cajones vacíos.

Yo no sé si hacen falta canales de penetración (suena sugerente) o estaciones de diseño o rótulas intermodales o hubs para el Corredor Mediterráneo, sé, porque lo he visto, que hay que comenzar a suturar el corazón de la ciudad con hilo verde, con lianas escaladoras. Que se cubra todo con una pirámide de musgo. Que en las viejas naves y talleres suene la melodía de arrabal. El verde es barato; los desarrollos urbanísticos, los mínimos. Sobre todo desde que los rascacielos arden porque crecieron tanto que no hay bomberos que los coronen ni King Kong que salve a la chica.

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