Celebro la conmemoración que ha hecho este diario del décimo aniversario de la Copa del América. Creo que cuando inventariamos los años de despilfarro del PP somos injustos con el campeonato de regatas al meterlo en el mismo saco que la Fórmula 1, por ejemplo. No hay un solo puerto deportivo en todo el mundo que desconozca, desde hace diez años, dónde se encuentra València, decía en estas páginas Agustín Zulueta. Y no sólo debe ser verdad, sino que eso es, naturalmente, mundo, mar, mapa, ubicación, publicidad y divisas. Pero sobre todo mar y no asfalto, velocidad, CO2, cascos y neumáticos. En diez años, doble de licencias de vela y una escuela cada 20 kilómetros de costa. Eso es mar? lo pienso mientras me zambullo en Les Rotes.

La primera vez que un pescador de Sicilia atrapó entre sus redes junto a varias doradas el pasaporte de un chico subsahariano fue hace veinte años. Siendo optimistas, cada año se han ahogado en el Mediterráneo tres mil inmigrantes. Desde aquellas redes nutricias, han zozobrado por tanto no menos de 60.000 personas, un estadio de fútbol. Médicos sin Fronteras estima que muchas más.

Cuando en la zambullida contengo la respiración para no ahogarme estoy sintiendo en mi rostro la partícula de uno de estos miles de cuerpos. Arrastramos una parte infinitesimal de culpa en cada naufragio. Aunque no hayamos hecho nada, aunque seamos inocentes. Sólo por pertenecer a los países de pretendida llegada, una parte nuestra se hunde en el abismo con cada desastre.

En los muelles de la Marina de València, frente al Veles i Vents y las antiguas bases de la Copa del América, se pudre desde hace varios veranos la goleta Tirant I de la Generalitat Valenciana. Vicepresidenta Mónica Oltra, usted que apadrinó desde el primer momento la posibilidad de traer con Balearia a dos o tres mil refugiados de la guerra de Siria tiene en sus manos reflotar esta nave pública valenciana para salvar inmigrantes cada verano en estas aguas azules y ensoñadas. Eso también es mar y sobre todo compromiso humanitario internacional con quienes quieren alcanzar la orilla.