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Encantado Sr. Rodrigo

Hay series de las que estás esperando una nueva temporada, para revivir las emociones que te hizo sentir en el pasado. Algunas te decepcionan, quizás porque el impulso inicial ya ha consumido la pólvora de la sorpresa, y las alargan para hacerlas rentables más allá de lo aconsejable.

Eso me está pasando con las últimas de «The Americans» y «House of cards», que me da la impresión de que van arrastrándose hacia su irremisible final.

Pero hay otras que aún mantienen toda la potencia de su aparición en la pantalla y es un gozo seguir sus peripecias. Una de ellas es «Fargo», que siempre sorprende, y que ya va por su tercera entrega, de la que os hablaré cuando la acabe.

Y, por supuesto, la que no me defrauda es «Mozart in the jungle», protagonizada por Gael García Bernal, que interpreta al Maestro Rodrigo, director contratado de la Filarmónica de Nueva York. Es una serie encantadora, de menos de treinta minutos por capítulo, o sea que se pueden ver tres o cuatro del tirón y siempre te quedas con ganas de más.

¿Por qué me gusta? Porque habla de la pasión por el arte, de la batalla constante entre el defensor de la inspiración y el disfrute, y las preocupaciones más terrenales de los músicos de una gran orquesta.

Pero también me gusta porque la banda sonora está compuesta principalmente por piezas de música clásica, lo que propicia una visión relajada y gozosa. Además es una comedia, claro, con sus historias de amor, sus toques absurdos y sobre todo, una humanidad a prueba de bombas.

El Maestro Rodrigo es enamoradizo, incontrolable, caótico en su vida personal, pero insobornable en todo lo relacionado con la música, su música. La serie también cuenta con las destacables interpretaciones de Malcolm McDowell, Bernadette Peters y Saffron Burrows.

En esta última entrega, la serie se traslada a Venecia, donde Rodrigo trabajará con una diva de la ópera interpretada por la bellísima Mónica Bellucci, un aliciente más para no perdérsela. Cada vez que me dispongo a verla, sonrío y me raciono los capítulos para que dure más. ¿Y sabéis qué es lo mejor?

Que no pierdo la sonrisa durante media hora y cuando acabo me siento un poquito mejor que cuando le di a «play».

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