Los "comunes" de Colau y Domènech y el Podemos de Iglesias han preparado para la Diada del lunes un acto por la "soberanía de Cataluña". El afán de ese día -cada día tiene el suyo- es distinguir del independentismo la fuerza política que impulsan la alcaldesa de Barcelona y la mano derecha catalana de Iglesias en el Congreso: ellos están por el derecho a decidir, pero no por la celebración de la consulta unilateral de autodeterminación del 1-O. El matiz es importante: quieren que la votación, de haberla, sea acordada con el Gobierno de Madrid. Y no desean la independencia. Serían (si es que tal distinción cabe) soberanistas, no secesionistas. Abogan por que los catalanes voten pero no se separen del resto de España. Y a eso le llaman "soberanía de Cataluña", cuando, supongo, quieren decir que aspiran a que los catalanes (los ciudadanos, los individuos) sean soberanos para decidir cuando se den las condiciones para que su voto sea realmente un voto, no la plasmación del deseo de votar.
No hay nada en contra de las aspiraciones. El vapuleado Tribunal Constitucional expuso hace años en una de sus sentencias que el derecho a decidir, como aspiración política, no es contrario a la ley. Ejercerlo es otra cosa. Colau, Iglesias y Domènech creen que el 1-O puede ejercerse el derecho a decidir entendiendo el voto como "movilización política legítima" que el Gobierno de Rajoy no puede ni debe "criminalizar". Y nada más, puesto que la falta de garantías de la convocatoria impide que pueda ser otra cosa. Votar, por ejemplo, para protestar contra el "inmovilismo" del PP. Una manifestación, vamos.
La alcaldesa de Barcelona y Domènech han llamado a participar en la "movilización", sin hacer un llamamiento expreso al voto. Iglesias ha sido más claro en este punto: recomienda a los catalanes que no sufraguen, como hizo el martes Pedro Sánchez. "Si yo fuera catalán no participaría en el referéndum", dijo el líder de Podemos ya en julio, discrepando de Dante Fachín, el secretario general de Podemos Cataluña.
En resumen, que Iglesias defiende el derecho a participar en el 1-O, pero aconseja no hacerlo. Sí pero no, soberanista pero no independentista, patriota pero diverso. Buen uso de las adversativas.
