Un equipo internacional de científicos de Australia, China, Francia Inglaterra y España alerta a través de Science que el fenómeno de difusión de microorganismo por causas humanas posiblemente está alterando el funcionamiento global de los ecosistemas. «Tenemos que ser conscientes de que estos microorganismos protagonizan muchos de los ciclos naturales básicos, como el del nitrógeno o el del carbono, por poner algún ejemplo», comenta Josep Peñuelas, autor del artículo e investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF). «Estamos ignorando estos cambios porque son seres microscópicos que ofrecen sus servicios en el planeta de forma silenciosa, pero lo podemos pagar muy caro», añade Michael Gilling, de la Macquaire University.

El equipo de investigadores hace un llamamiento a la acción para poner este tema inmediatamente en las agendas científicas. Por un lado es urgente monitorear y modelizar los cambios que los humanos estamos provocando en el mundo microbiano. Por el otro, hay que mejorar los sistemas de tratamiento de aguas residuales y el uso de los abonos para reducir la dispersión de microbios y los genes de resistencia a antibióticos que transportan.

Estos microorganismos viajan con los purines, los excrementos humanos, las aguas de lastre y la tierra de los cultivos. Hoy en día, el 95 % de las heces del mundo provienen de las personas y de los animales de granja que hemos domesticado. Nuestros excrementos viajan alrededor del mundo junto con los millones de turistas que dispersan los microbios y los genes de resistencia a antibióticos que contienen.