Hace ahora dos años, en septiembre de 2015, los líderes mundiales reunidos en la asamblea de Naciones Unidas acordaron transformar nuestro mundo. La herramienta para el cambio era un ambicioso plan denominado Agenda 2030 para el desarrollo sostenible. Pese a la enorme tarea, Ban Ki-moon, entonces secretario general de la ONU, dijo que era factible el fin de la pobreza extrema y una vida digna en paz. Y dirigiéndose a la asamblea añadió: Ustedes se han comprometido a no dejar a nadie atrás.

Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 pretenden dar una respuesta integral a los desafíos económicos, sociales y medioambientales que afronta la Humanidad No es algo que concierne exclusivamente a países remotos. Comprometen a todos los países, ricos, medianos y pobres. Hablamos de todo el planeta pero también de aquí y ahora.

En nuestro entorno inmediato no todas las administraciones han puesto el mismo entusiasmo. Recordemos que Generalitat Valenciana acordó trabajar para la consecución de los ODS prácticamente al mismo tiempo en que eran aprobados en la ONU. Recordemos también que la renovación del pacto de gobierno del Botànic puso en el corazón de las prioridades del gobierno valenciano la Agenda 2030, con medidas de impacto directo en la calidad de vida de los valencianos. Y, sin embargo, parece que el Gobierno de España no tiene prisa en adoptar medidas para corregir nuestras deficiencias. En un reciente informe elaborado para la ONU España obtiene hasta seis calabazas en objetivos como el trabajo decente y el crecimiento económico; industria e innovación; producción y consumo responsable; cambio climático; cuidado de la tierra; proteger la vida marítima.

Todos los objetivos son importantes y están profundamente interrelacionados pero los socialistas valencianos tenemos la convicción de que para el desarrollo sostenible el trabajo decente es un componente fundamental. Atender adecuadamente el objetivo 8 significa trabajar simultáneamente en los cuatro pilares del trabajo decente: promover el empleo y las empresas, garantizar los derechos en el trabajo, extender la protección social y fomentar el diálogo social.

Pero, para describir nuestro mercado laboral, decente es un adjetivo que cuesta pronunciar. A pesar de la mejoría de la actividad económica, los valencianos se siguen preguntando por qué cuesta tanto encontrar un empleo, por qué los contratos duran tan poco, por qué los salarios son tan bajos o por qué no hay más apoyo ante las dificultades para encontrar empleo. Nos preguntamos cómo es posible tanto trabajo indecente y cómo el gobierno del PP puede cometer la indecencia de negar que esto sucede.

Frente a esta situación, las propuestas socialistas para España y para la Comunitat Valenciana representan un paso firme hacia el trabajo decente. Propuestas como la presentada recientemente por el PSOE para elevar el salario mínimo hasta los 1000 euros, reequilibrar las relaciones laborales y permitir que empresarios y sindicatos acuerden incrementos salariales. O las medidas anunciadas por el President Ximo Puig para doblar el presupuesto dedicado a los planes de empleo juvenil o apoyar prioritariamente a los desempleados mayores de larga duración.

En un mundo con desigualdades insoportables, la agenda 2030 aporta una visión poderosa para que nuestras vidas sean mejores. Y por eso es tan importante que el compromiso inicial del Consell de la Generalitat Valenciana se mantenga y se impulse para hacer más confortable y más esperanzadora la vida del conjunto de los valencianos y valencianas. Vigilando permanentemente que no se vuelve a dejar a nadie atrás por decisiones equivocadas, incluso malvadas, de un gobierno.