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Lucha de clases

Si uno se fija en el careto de Donald Trump comprende, cabalmente, que el sujeto revolucionario, si no ha fallecido, ya no es el proletariado (como vio en los sesenta del pasado siglo el olvidado Herbert Marcuse), sino los feos. En eso también se nota que Trump es un hombre hecho a sí mismo, con la ayuda de papá Trump, que también se construyó lo mejor que pudo, al parecer sin garantías en lo referente a la descendencia. Aunque papá Trump, al menos, compró grandes libros, como de bibliófilo en ciernes, de los que su hijo no leería ni los títulos.

A lo que iba. Nos conectamos por Skype con mi sobrino Mario Piera, que vive en Bremen, y después de tratar sobre fotografía artística e industrial y acerca de la producción más reciente de haikus del marjal, descubro que tiene el mismo cojín de gatos que tengo yo (son de Ikea: mundialización). Hablamos de Trump, que no es intrínsecamente feo: lo logra gracias al arte de la peluquería extrema y al recogimiento o fruncido de los labios en un mohín de orden o de disgusto, o de ambas cosas, que forma una especie de O que no es de asombro, sino ulular de lémur.

-Creo que alguna gente de izquierda votó a Trump para secundar su cruzada contra la corrección política -dice Mario.

Yo creo que no le hacía falta ni un solo voto de esos, le bastaba con el apoyo masivo de quienes están hasta el pirri de millonarios liberales que son gay friendly y muy viajados y leídos, pero luego esconden su dinero en las Bahamas, apoyan las fiscalidad benigna y se llevan las fábricas a Filipinas. Con liberales así se comprende que los red collar de los Apalaches se venguen de los guaperas hipócritas matando ciervos y si se parecen a Bambi, mejor. La Bolsa no parece que vaya mal en el centro del Imperio y la guerra nunca fue un mal negocio para quien consigue que sean otros los que se peleen. Y gracias a nuestra política comunitaria y atlantista somos un mercado cautivo para las armas americanas, por eso Donald es tan bronquista: más ventas. Independicémonos como Cataluña y compremos tanques alemanes. Por joder.

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