Conocida es la atracción que las actrices siempre han ejercido en la realeza. Aunque nada superará la mítica ascensión y muerte dramática de Grace Kelly, el universo Hollywood tiene reservado un papel en la historia reciente, porque hubo situaciones que fueron más allá que aquello de Marilyn Monroe y John F. Kennedy. El ocaso del glamour de la gran pantalla se unió al declive de las bodas reales, y solo Lady Di fue capaz de retomar el interés general por la actualidad monárquica. Tanto que Kate Middleton (embarazada de su tercer hijo), la Duquesa de Cambridge, recuerda mucho a su difunta suegra, y casi parece seleccionada por seguir el mismo patrón. Por eso no resulta extraño que el príncipe Guillermo sea el favorito para suceder a Isabel II, a muchos puntos de distancia de su padre, el príncipe Carlos, muy feliz desde que oficializó su matrimonio con Camila de Cornualles.
Su hermano Enrique, en cambio, más en la línea de Raniero en todos los sentidos, se ha enamorado de la modelo y actriz estadounidense Meghan Markle, famosa por su papel en «Suits. (La clave del éxito)», una serie de Netflix. Me enganché a la historia del impostor Michael Ross (Patrick J. Adams), por su personaje canalla que cae simpático y porque las series de abogados dan mucho juego. Pues en ese despacho de Nueva York trabajaba Meghan Markle en el papel de Rachel Zane, que según pasan los capítulos adquiere un papel más protagonista, que rivaliza incluso con Harvey Specter (Gabriel Macht) el mejor abogado de Manhattan.
Parece que el anuncio oficial de compromiso entre el príncipe y la actriz está al caer, lo que hará imposible ver a Meghan Markle en un nueva serie para disgusto de sus fans, ya que cuando se instale en el Palacio de Kensington centrará su trabajo en causas solidarias, tipo Unicef, como corresponde a la realeza del siglo XXI. Mike Ross, su novio en la serie, siempre soñó con ser abogado, pero tuvo que encomendarse a su memoria eidética para conseguirlo. Igual el sueño de Meghan Markle era ser princesa. Está a punto de conseguirlo, así que la clave del éxito de «Suits» es otra realidad que supera la ficción. Aunque mis favoritas de la serie son la fantástica pelirroja Donna Paulsen (Sarah Rafferty) y la enigmática Jessica Pearson (Gina Torres).
