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El deficiente transporte público

Las soluciones a los problemas del transporte público del área metropolitana de València no pueden llegar a golpe de parches. Sin una planificación conjunta de todos los municipios y todos los medios estamos condenados al fracaso.

Nueve ayuntamientos de l´Horta Sud han optado por impulsar una línea nocturna de autobús que cubra la demanda de los vecinos del área metropolitana que quieren acercarse a la ciudad. Una iniciativa que pone de manifiesto la enorme distancia en servicios públicos que existe entre los municipios del cinturón de València y la capital del Turia.

Los problemas de movilidad entre municipios tan próximos y con un volumen tan elevado de desplazamientos no se deben de resolver de forma individual, porque al final resultan ser simples parches. Es necesaria una visión conjunta y planificada en base a unos objetivos que deben fijarse tras un detenido análisis con todos los ayuntamientos, administraciones y colectivos implicados. De lo contrario, resulta una improvisación que terminan pagando los ciudadanos. Ejemplos no faltan.

La prohibición de aparcar en el carril bus por la noche es un ejemplo de ello. La solución del Ayuntamiento de València de reforzar las líneas de autobús «N» de la EMT solo resolvía una parte del problema, la de los residentes en la ciudad, y complicaba la movilidad de los procedentes de las localidades del área metropolitana, que no cuentan con transporte público a partir de determinadas horas.

Este es, además, el talón de Aquiles del transporte metropolitano. De nada vale restringir el tráfico privado en el centro de la ciudad si no se oferta una alternativa suficiente en transporte público. Y València y su área metropolitana distan mucho de contar con esos medios de locomoción eficaces.

Que el último metro en días laborales salga de València a localidades del Camp de Túria, por ejemplo, a las 10.35 de la noche no tiene mucho sentido. Que las frecuencias de paso excedan los veinte minutos, o que resulte imposible reforzar las líneas en determinados eventos extraordinarios, dice muy poco de la flexibilidad de un medio de transporte público.

«Una ciudad moderna debe ofrecer mecanismos para que todos sus ciudadanos puedan disfrutar de sus servicios de forma plena, propiciando una sociedad igualitaria en oportunidades para todos e inclusiva», señala el informe «Ciudad 10: decálogo para alcanzar la urbe perfecta».

Y el transporte es fundamental para ello.

Aún queda mucho camino por recorrer.

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