Aunque la entrada de una borrasca a la península Ibérica aportará lluvias, e incluso, nieve, según la Aemet, las cuencas del Júcar y el Segura inician el tercer año hidrológico con medidas excepcionales para abordar la sequía. La falta de precipitaciones no solo está generando problemas en la agricultura, sino que ya entrado en riesgo el abastecimiento urbano en algunas zonas debido a la caída de la reserva en los embalses. El Ministerio de Agricultura puede movilizar todos los recursos disponibles, desde los pozos de sequía a los caudales de las desaladoras, infraestructuras polémicas que en estos períodos se revelan como muy necesarias. El déficit hídrico es, también, uno de los grandes problemas para los países en vías en desarrollo. Por ejemplo, Acción contra el Hambre advierte de que la temporada de lluvias -de junio a septiembre- ha sido especialmente deficitaria en el norte de Senegal y sur de Mauritania, mientras califica de alarmante la falta de pastos que no han alcanzando ni el 50% de la producción media. Y ahora que se habla de los trasvases, por las expectativas generadas o los impactos ambientales, desde China, la información oficial anuncia obras de ingeniería faraónicas para llevar agua del Tíbet al desierto de Taklimakan, en Xinjiang, al noroestee del país, a través de un túnel de mil kilómetros. Este canal sería el más largo del mundo, que superaría en gran medida el acueducto subterráneo de Nueva York, de 137 kilometros de longitud.