Ese a que de momento estamos en un otoño seco, la mayoría de nuestros bosques lucen un verde saludable y las fuentes continúan con su flujo más o menos normal gracias a los continuos episodios lluviosos vividos entre finales de noviembre de 2016 y enero del presente año. No obstante, debido a la sequía que se están sufriendo en muchas partes de la península Ibérica, a través de los medios informativos estatales vivimos bombardeados por una sequía que en realidad nuestros avezados montes mediterráneos no viven. No obstante, la situación de los pantanos sí que es más preocupante, ¿a qué se debe esta paradoja?

La orografía de la Península Ibérica es realmente intrincada, la mayor parte de ella se encuentra volcada hacia el Oeste, de manera que a excepción del Ebro los ríos más largos y caudalosos desembocan en la cuenca Atlántica. Esta situación implica que cuando llueve mucho en la vertiente Atlántica lo hace poco en la Mediterránea y viceversa, todo ello debido a que la configuración meteorológica de nuestras latitudes muy raramente da lugar a una situación de repetidas lluvias en toda la Península. Es por ello que, dado que el pasado invierno predominaron situaciones de vientos de levante, fue nuestra vertiente la que pudo acumular el oro líquido. Eso sí, se acumuló en el nivel freático y el subsuelo, porque debido a esas mismas características orográficas y a la situación de las de infraestructuras en la zona, la capacidad de almacenamiento del agua en los pantanos en el tercio este es muy deficitaria.

En la cuenca del Xúquer (Júcar), cuya capacidad teórica es de 3336 Hm3 -poco menos de la mitad que otras grandes cuencas como el Duero o el Ebro-el porcentaje actual de agua embalsada se sitúa oficialmente en el 25%. Ello nos ubica en una situación hidrológica complicada en la que caben bastantes matices. El primero y fundamental es que Alarcón tiene una capacidad él solo de un tercio del agua que teóricamente se puede embalsar, así al situarse tan hacia el interior en la provincia de Cuenca los vientos del este no le suelen aportar grandes precipitaciones. Otro factor importante es que los pantanos más litorales, como el de Tous; tercero en capacidad, tienen como función más importante la de contener las riadas en época de lluvias torrenciales. Por ello el mínimo de su capacidad se tiene que dar todos los años por estas fechas para poder ser funcionales. Si a esto le sumamos que un pantano relativamente cercano al mar como el de Contreras, el segundo pantano más importante, tiene un problema estructural en la presa, que le impide llenarse a no más de media capacidad. Tenemos que la cuenca del Xúquer pierde en la práctica más de un 20% de capacidad respecto a la real y por tanto su tanto por ciento real tendría que ser del 32%.

Si en vez de rebajar los presupuestos de la confederación hidrográfica se aumentaran y se solventaran graves problemas de infraestructuras como el de Contreras, tal vez el problema hidrológico estructural del Xúquer no sería tan grave.