El trabajo de Julen Lopetegui al frente de la selección española de fútbol está siendo encomiable: ha devuelto el brío y la personalidad para volver a aspirar a la Copa del Mundo, en Rusia a la vuelta de la esquina. Es la máxima favorita junto a Alemania y Brasil. Ahora bien, la convocatoria de ayer para los amistosos de Costa Rica y Rusia no deja de ser una burla a los jugadores del Valencia CF, a los que siguió de cerca en su última exhibición ante el Sevilla. En su afán por demostrar que está al tanto del estado de los futbolistas españoles en el extranjero (Suso en el Milán, Luis Alberto en el Lazio y Moreno en el Liverpool), Lopetegui ha obviado la realidad de su propia casa, ante sus propios ojos. No hay jugadores más en forma que algunos de los entrenados por Marcelino. Y sí, Parejo, Carlos Soler e incluso Gayà habrían merecido una oportunidad en La Roja. No digo un billete seguro para Rusia porque el nivel de la selección es altísimo y ninguno de los tres ha participado en la clasificación, pero sí un reconocimiento. Con todos los respetos para Suso y Luis Alberto, por no hablar de Illarramendi, el fútbol de Parejo es infinitamente más rico, está más asentado. Y si se trata de la frescura de un joven talento que pueda aprender en un Mundial, nadie absorbe tan rápido como Carlos Soler. Gayà, por supuesto, nada tiene que envidiar a Alberto Moreno, sobre todo en fiabilidad defensiva. Pero cada uno tiene su gusto y hay que respetar el del seleccionador, faltaría más. Otra cosa es la sensación de menosprecio en el vestuario del Valencia CF. Y el tiro errado del entorno de Parejo, que corrió a conceder entrevistas la semana pasada a tres periódicos madrileños cuando se la ha negado durante meses a algunos valencianos (que lo defendimos en los peores momentos), pensando ingenuamente que eso aflojaría a Lopetegui, un señor acostumbrado a levantar piedras desde pequeño. Ante todo lo cual, la dirección de comunicación del club no sabe y no contesta.
