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Maite Mercado

Samantha y no sólo sus mellizos

Mi prevención ante el estreno de 'Samantha y€' era grande después de su embarazo televisado y de la feroz polémica por sus declaraciones como mamá no tan feliz como esperaba en la promoción de su libro, en la que soltó la famosa frase "tener hijos es perder calidad de vida".

¿Era este el espacio para justificarse? ¿Para exprimir un poco más, si cabe, el asunto de su maternidad?¿Íbamos a presenciar una retahíla de noches sin dormir, lloros de bebé, pañales y papillas? Algo de esto hubo pero poco, menos de lo esperado en el relato en primerísimo primer plano especialidad de la periodista. Los mellizos de Samantha no son los protagonistas aunque tenemos momentos ojerosos y la visita a una psicóloga que explica que simplemente se equivocó al utilizar términos demasiado contundentes al decir que la maternidad destruye tu vida. Hubiera sido mejor usar palabras como descomponer o descolocar. Una cuestión de matices y susceptibilidades.

El acierto del programa es que Samantha es el hilo conductor para introducir el tema con la ayuda, un tanto forzada, de dos personajes conocidos. Soraya Arnelas, ex OT a la que también sacudieron en las redes por atreverse a salir a cenar días después de dar a luz. Y Torito, el colaborador de Telecinco que contó su ruina económica tras haber tenido un hijo mediante gestación subrogada sin que se entrase en el debate de fondo.

Los tres conversan en torno a una humilde mesa en casa de la anfitriona para introducir los tres casos que realmente tienen miga en los que aparece la Samantha reportera. Conocemos a la valiente alemana que se atreve a decir que si pudiera volver atrás, no tendría a sus hijos poniendo rostro a una de esas "malas madres" silenciosas que la socióloga israelí Orna Donath retrató en 'Madres Arrepentidas'. Una pareja de Córdoba va a tener trillizos, a los que vemos nacer a través de los cristales del quirófano. El más interesante: Trystan, un hombre transgénero estadounidense que está embarazado y que, afortunadamente, no quiere enseñar sus entrañas ensangrentadas en prime time.

Samantha sigue pensando que la maternidad está sobrevalorada y no se piensa callar. Ni en este ni en otros temas. Nada muy diferente a sus otros programas, pero con tres ejes bien hilvanados en el montaje: ella, sus invitados y los otros casos reales. Y, con un 11% de cuota de pantalla, solo por detrás de Master Chef Celebrity. No fui la única que, a pesar de mi reparo inicial, vi el programa de un tirón.

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