El único premio Nobel que fue miembro de una universidad valenciana es Santiago Ramón y Cajal, que no era valenciano. Cuando alguien lance cohetes de triunfalismo, echadle el cubo de agua real. El otro día, en Sueca, hicimos una mesa redonda sobre l´Albufera y la observación crucial no la formuló un científico, sino un regante: l´Albufera no tiene asegurado el suministro de agua y no está incluida en los planes de cuenca del Xúquer. Algo habrá que hacer. Decía Joan Fuster a Josep Pla que luchaba por formar equipos humanos, intelectuales o no, capaces de sacudir «la nostra permanent somnolència digestiva».
Parece que el muerto ilustre lo va consiguiendo. El viernes fueron honrados diez investigadores de Sueca, con nivel de catedrático de universidad, publicaciones aquí y allá y los títulos acostumbrados de fellow y todo eso. Ejerció de maestro de ceremonias el profesor de matemáticas Josep Santandreu en un deliberado homenaje al instituto de enseñanza media en el que todos estudiamos pues ya dijo Max Aub que uno es de donde experimenta las primeras poluciones nocturnas; bueno no lo dijo sí pero yo ya me entiendo. El matemático Miquel Marzal no sólo es una falla sino, casi, el primer científico de la capital arrocera. En la nueva lista se cuentan otros dos matemáticos -Carmina Fernández Rosell y Gabriel Navarro-, dos físicos -Enric Navarro y Salvador Mafé- dos investigadores del cáncer -mis amigos Rosa Noguera y Samuel Navarro-, tres especialistas en el área químico farmacéutica -Salvador Máñez, Antoni Granell y la vicerrectora de Investigación de la Universitat de València, Pilar Campins- y el microbiólogo David Navarro.
Cuando me preguntan qué pasa con Sueca, contesto que somos chinos y ¿qué es un chino sin sabiduría china? Nada. Así pues, a falta de industria suficiente y sin terciario avanzado, vamos tirando con unidades de producción móviles y singulares, de un componente (en Monòver y Novelda se comían las piedras). Al final, parece que vamos a conseguir reducir los nitratos del agua potable con un derivado de la paja de arroz. Volvemos al origen.
