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Operación Benetússer

El antiguo alcalde de Benetússer, José Enrique Aguar, se ha lanzado a la política nacional en plan Emmanuel Macron, aunque antes no haya sido ministro de François Hollande (que tampoco es Cambridge), no haya trabajado para la banca Rothschild, ni tenga un ático frente al Sena (quizás valga un apartamento con vistas al Ágora) ni, quizás, pueda agasajar a sus invitados con botellas de borgoña a 200 euros la pieza. Si Aguar se crió en Benetússer, seguro que se le ha pegado algo de la imaginación e industria de este pueblo que con el chocolate Meivel tocó una de las cimas de la civilización. Esperemos que Aguar no sea tan despistado como el señor feudal de Benetússer (siglo XVI) que se independizó de Alfafar, pero se le olvidó el término municipal, vaya por dios.

El caso Aguar es otro síntoma de que también en la derecha hay recomposición, nuevos papeles, y que la corruptelas recientes, cuando la mierda rayó a la altura de una riada de las grandes, debe servir, si sirve de algo, para fertilizar el nacimiento de una nueva cosecha. Dice Aguar que la Constitución necesita «un meneo». Sí y a ritmo de rock&roll, que de jota segoviana estamos hasta la web. El invento del señor Aguar y sus casi mil mesnaderos se llama CSD que es como el CDS pero con dislexia. Una dislexia reconocida: Contigo Somos Democracia dice ser centrista y reivindicar la herencia política de Adolfo Suárez. Lo que me pregunto ahora es qué hacia, antaño, el señor Aguar en el PSOE o, tal vez, que hacía el PSOE con el señor Aguar.

El caso es que el nuevo líder de la formación nacional ya ha buscado el centro por esas carreteras de dios, tan concurridas, y no lo encontró en Ciudadanos, pero sí en Valladolid, que está un poco escorada a poniente. El centro es ese lugar fabuloso, más atestado que un vagón de metro a las ocho menos cuarto, que para mi que debe ser como Shangri-la o el Jardín de las Hespérides. El centro, tal vez por efecto de las ondas gravitacionales, siempre cae a la derecha, o sea, que cae bien, como los gatos. Nada que objetar: les deseo acierto y bondad.

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