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Matías Vallés

El Supremo huye de Bélgica

El Supremo decreta que nadie debe molestar a Puigdemont en Bélgica. Por tanto, felicita al último presidente de Cataluña por haber elegido dicho país. Un criminal peor que un asesino, dado que el altísimo tribunal le augura treinta años de cárcel, puede circular libremente por Europa pese a que desata "explosiones de violencia" como un yihadista. En tiempos de comunicación absoluta e instantánea, el satanismo indudable del candidato de Junts per Catalunya solo se manifiesta de Pirineos abajo. Subsiste el problemilla de la orden europea de detención solicitada, y el propio magistrado reconoce que no hay "previsión ni regulación alguna sobre la posibilidad" de retirarla, pero la legalidad es un formalismo en el paraíso de M. Rajoy.

Dado que la UE es una unidad como su propio nombre indica, no es Puigdemont sino el Supremo quien huye de Bélgica, en una extraña muestra de recelo hacia un país hermano. En tiempos más legalistas, produciría escalofríos contemplar al altísimo tribunal renegando de Europa. El juez muestra poca confianza en su caso, dado que se resiste a someterlo a una segunda opinión. Si teme que su apocalíptica descripción de "comportamientos que lesionan de manera irreparable la convivencia social y familiar, el libre desarrollo económico y laboral y la propia integridad física" sea compartida por colegas belgas neutros y neutrales, cabría concluir que sus argumentos se tambalean. O que Bélgica es una dictadura disoluta, siempre se aprende algo.

Al anular una orden que no admite vuelta atrás, el Supremo renuncia a perseguir un crimen y obliga a plantearse si actuaba con la buena fe exigible al movilizar a todo un país por un capricho. El auto reposa en que "los investigados parecen haber mostrado su intención de retornar a España". La sola aparición de la apariencia de "parecen", en un documento que decide sobre la libertad personal, provoca escalofríos. Aunque tampoco sorprende en quien no encarcela a Junqueras porque vaya a robar otro banco, sino porque sigue estando contra la Banca. El Supremo ha suspendido el test belga.

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