Compromís y al catalanismo valenciano les importa un bledo la solidaridad con la inmigración ya que lo que verdaderamente ven en ella es -como hizo CiU en Cataluña- un instrumento eficaz para el crecimiento del voto nacionalista en la Comunidad Valenciana.

La noticia de la aprobación de una ayuda vitalicia de 530 euros a inmigrantes sin papeles hay que leerla, necesariamente, con la de la incorporación de una línea de docencia de lengua musulmana en los colegios públicos valencianos y con cargo al contribuyente.

La hoja de ruta del nacionalismo valenciano es la misma que la del independentismo catalán donde, a través del plan Marruecos 2014-2017, se les ofrece a los 300.000 marroquíes residentes en Cataluña clases de árabe para los estudiantes en horario lectivo, y se otorga a la vez prerrogativas al gobierno marroquí sobre la enseñanza de la religión musulmana en Cataluña. Y todo ello acompañado de grandes ayudas sociales y subvenciones a las entidades a favor de la libre inmigración.

Oltra y los suyos saben que 530 euros para un inmigrante es mas rentable en términos electorales que esa misma cantidad a un parado valenciano. Un inmigrante es literalmente comprado por esa ayuda umbilical que le tiene vitalmente unido a su nuevo destino. Asi es como Compromís configurará una nueva geografía social con lo que en Cataluña se llama "nuevos catalanes".

Los "nuevos valencianos" son un producto más de la inmoral química nacionalista que quiere convertir en solidaridad lo que es pura y burda manipulación y mercantilización del drama de la inmigración y sus graves consecuencias sociales.