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Maite Mercado

Desengaños

Saturada por la intensísima cobertura en los medios nacionales del temporal de nieve que dejó atrapadas a miles de personas demasiado cerca de Madrid y la tediosa realidad, he tenido que refugiarme, una vez más, en la ficción. Por fin se estrenaba un serie española que después de ser presentada en el FesTVal en 2015 ha estado más de dos años esperando que Antena 3 encontrara su momento por razones de agenda. Era ahora o nunca después de haberse visto ya en Netflix hace unos meses. «Apaches» empezó bastante bien, a pesar de verse las caras con el resucitado fenómeno de «Operación Triunfo», pero no enamora, le falta garra al protagonista, Miguel, un acomodado periodista de agencia que se va a convertir en justiciero vengando a su padre al que su socio y otros desalmados llevaron a la ruina. Igual hay que esperar unos capítulos para ver en esta transformación al Alberto Ammann de «Narcos» interpretando a «Pacho» Herrera. Lo mejor es la ambientación en los noventa con aquellos trapicheos con las tarjetas piratas de Canal + y videos VHS robados vendiéndose a lo loco en una barrio controlado por un Paco Tous sin barba y sin una pizca de esa bondad que nos emocionó en «La Casa de Papel».

Seguí con la dosis semanal de «Traición», que ha llevado al extremo el «no es lo que parece» en el personaje de Miriam Márquez (Susana Córdoba) que ahora es casi más mala que Ana Belén, a la espera de que se desvele el trauma infantil que obliga a la jueza a cometer semejantes tropelías contra la familia Fuentes enfrentándose a la matriarca que se coloca en primer puesto en el pódium de sospechosos de matar al marido. La trama del estafador Julián (Carlos Bardem) no tiene pies ni cabeza y con todo, es más soportable que el extraño vodevil en que han convertido el romance de Isabel (Manuela Velasco) con Rafa (Eloy Azorín) consentido por el marido (Israel Elejalde), trío que se deshace de un cadáver a la manera fría del Señor Lobo (Harvey Keitel) en situaciones estrambóticas, una muy mala imitación del absurdo de «Fargo». Inenarrable un encuentro con un policía al que enternecen al decirle que se les ha muerto el gato. Su deriva total me hace plantearme si me equivoqué en la elección y tendría que estar viendo «El accidente» en Telecinco. A favor de la serie de La 1, solo queda la emisión sin anuncios y ya sin capítulos de larga duración. Antes de la medianoche en la cama. Siempre hay un consuelo para todo.

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