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Locomotora de árboles

Las excavadoras han comenzado a remover el terreno de los árboles centenarios de Bailén, dentro del futuro Parque Central. Preguntados los responsables, aclaran que son «prospecciones del terreno». Las prospecciones preceden a las extracciones, que serían de plusvalías urbanísticas, el bálsamo de Fierabrás, el petróleo de los jeques de este lado del mar. Un ayuntamiento de la Ribera propuso construir una urbanización de chales dentro de un parque natural, para pagar un colegio con las regalías resultantes, lo que nos deja «con el árbol de muñones que no canta/ y el niño con el blanco rostro de huevo» (Lorca). Por lo visto, una escuela no es motivo suficiente para gastar dinero público.

En principio deberíamos estar tranquilos acerca del futuro de unos árboles centenarios que se hallan en el interior de un Parque Central, pero nada es lo que parece y el espejismo urbanizador en este lado de la ciudad podría llamarse, con más razón, La residencia de los dioses o Fanfarrias y oropeles. Cuenta Levante-EMV que todas las comarcas valencianas pierden población excepto la capital, Alacant, Elx y alguna más que no recuerdo. Es decir, que no parece la mejor idea amontonar más gente y humos en los terrenos liberados por el cambio de trazados ferroviarios. El hecho de que la parcela de la que hablo tenga los árboles que sombreaban los andenes del antiguo ferrocarril València-Madrid (el que bombardeaba la aviación fascista italiana y la Legión Cóndor de los nazis), la convierte en candidata para un museo de locomotoras y ensueños ferroviarios. Con árboles.

Lo que sea, con árboles. No hace mucho que Joan Olmos publicó un hermoso alegato por una ciudad arbolada, Carrers sense arbres (7/1/18), en donde describe la misión imposible de cruzar la ciudad en un día canicular a la sombra de los árboles. O evoca el sacrificio de los álamos del Camí Vell del Grau para construir una pista de asfalto, cuando nos prometían que la pasta circularía por siempre a la velocidad de envejecimiento de Bernie Ecclestone. A ver si dicen algo los amigos y entusiastas del tren.

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