Que la recuperación económica favorezca cuatro veces más a los ricos que a los pobres ratifica que la crisis va por barrios, no por mansiones. En un mundo donde crece la desigualdad económica, España es un gran país al que la Comisión Europea coloca en "situación crítica" junto a Rumanía, Bulgaria, Lituania y Grecia. Gracias, Mariano, por sacarnos de la crisis con el milagro de Fátima y su reforma Báñez.
El Foro de Davos establece una relación entre la desigualdad económica y la polarización política y ha creado un indicador nuevo, el Índice de Crecimiento Inclusivo, que observa el hallazgo de empleo, la esperanza de vida, los ingresos medios de los hogares, la tasa de pobreza... España -que es un gran país, Mariano- se sienta en el puesto 26 de los 29 países desarrollados. Todo habla de lo mismo.
El año pasado hubo un milmillonario nuevo cada dos días. En el mundo hay 2.040 personas con fortunas superiores a los mil millones. Nueve de cada diez son hombres. No merece la pena pedir la igualdad de sexo en este caso porque el mundo no necesita más milmillonarios sino menos. El dato es de Intermon-Oxfam, que añade que la economía del 1% más rico se construye a expensas de trabajos mal pagados, a menudo ocupados por mujeres (una de cada diez las explota, ajena a cualquier sororidad).
A igual puesto y jornada igual salario es una obviedad perfectamente posible pero sigue pareciendo algo lejano, nórdico... islandés, desde que Islandia ha declarado ilegal que se pague más a los hombres que a las mujeres. En la obra de cerrar la brecha, España retrocede. Llegó a estar en el puesto 11 y ahora ocupa el 24. El gobierno del PP no hace caso. Si fuera equiparar los salarios masculinos a los femeninos ya estaba hecho.
