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El trol independentista

Hoy Pitita me ha propuesto ir a merendar a una cafetería de Cristo de la Epidemia... Figúrate, chica, que los propietarios son chinos y hacen ellos los churros. No me digas que no es un concepto divertido.

-¿Y qué tal les salen los churros?

-Ay, pues divinamente ¿tú sabes por qué los chinos tienen los ojos rasgados? Pues porque se fijan mucho en todo para poder copiarlo al dedillo. No hay nada que se les resista.

Hemos pedido para dos, pero Pitita, acabada su parte, se empieza a adueñar de la mía.

-¿Y tu dieta, Pitita?

-La comida oriental no engorda, nena- sentencia Pitita, mojeteando el cuarto churro en la taza de chocolate- Y, en cualquier caso, comer rebaja la ansiedad.

-¿Estás ansiosa, Pitu?

-De todas, todas. Desde que empecé a promocionar mi libro de autoayuda en el Facebook, las envidias se han cebado conmigo. Creo que estoy empezando a pagar el precio de la fama.

El otro día, mientras interactuaba en las redes, me salió un tipo de lo más insolente a insultarme. Yo había aceptado su amistad porque se llamaba Puffballs Trolwriter, y pensé que sería un crítico literario interesado en mi obra, pero, ya sabes, hay gente que se pone un sobrenombre en inglés para impresionar y no han ido nunca ni al Peñón de Gibraltar.

Bueno, pues el tal Puffballs se metió en uno de mis post el martes y comentó, «se te ve el plumero, Pitita Pijifacha».

-Perdone usted, le respondí, pero mi sobrenombre es Pitita Pijigualda.

-Por eso mismo, señora, su sobrenombre hace alusión a la bandera española. Tenga usted al menos la valentía de sobrenombrarse rojigualda, con todas las letras.

-No, por Dios, que luego algunos por abreviar me van a llamar "Roji" y eso puede dar lugar a confusiones. No obstante, le digo que rojigualda soy y que a rojigualda amo y que creo en la rojigualdad, que es el modo de reconocerse todos los españoles en la misma bandera. Por cierto, que ese término se lo inventó Winspector, no sé si con ironía, pero con acierto ¿lo conoce usted?

-Pues claro, soy un conspirador. A los conspiradores no se nos escapa nada. Sé quién es ese Winspector y también quién es su amiguita. Escriben en un blog con muchos dobles sentidos y muchas metáforas para no mojarse. Así cualquiera.

A mí que voy de frente, esos jueguecitos de palabras me cabrean€

-¿Que usted va de frente? Ande ya, si hasta su nombre es falso ¿Sabes lo que pienso? Que eres un trol, uno de esos que va tocándole las narices a la gente por internet.

-Sí, señora, soy un trol independista catalán y a mucha honra.

-Ay, Jesús, Jesús, vade retro, Satanás.

-España nos roba. Ahí va eso.

-Mira, trol, que si hablamos de robar, aquí nadie se libra, te puedo hablar de una familia que empieza por Pu y termina por Jol.

-Quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón- proclamó el insolente.

-Oye -contraataqué- ya sé por qué no te has puesto foto de perfil, es que tienes que ser más feo que el Puigdemont y el Oriol Junqueras juntos. So feo, feísimo!!!

El trol se quedó sin respuesta unos minutos. Se ve que le ofendí de veras en su vanidad o tal vez es que tuvo que ir al baño, pero luego contraatacó:

-¿Y quién eres tú para hablar de valentía? Tú, que usas un sobrenombre, Pitita Pijifacha, o sea, Pitita Pijigualda.

-¿Yo?€ yo soy una española de verdad y con mucho orgullo te digo mis apellidos de ciudadana; soy Pitita Larrubia Zorrilla.

-Muy apropiados los apellidos- rió el trol- ( a saber qué quiso insinuar).

Y añadí:

-No quiero seguir discutiendo de política, aunque, que conste que tengo toda la razón. Si estoy en las redes es para promocionar mi libro de autoayuda, que es una lectura para todos, sean de izquierdas o de derechas, independistas o españolistas. Proclamo.

-Ya -importunó aún más el trol- pues te voy a decir una cosa; los libros de autoayuda son de derechas, derechísimas, porque enseñan a la gente a ser conformista y a joderse con gusto por más chungo que se lo ponga el sistema.

Yo no quería seguir discutiendo, chica, pero el trol seguía y seguía, era muy rojo e independentista catalán, así que le mandé unas frases lapidarias de Gandhi y Paulo Coelho con muchos atardeceres de fondo, a ver si se calmaba. Pues, qué va, no se calmó y se soliviantó de otro modo:

-Me pones, Pitita, me pones- escribió el muy tunante.

-¿Pero qué dices, zascandil?

-Tú representas todo lo que yo aborrezco y por ello me veo irresistiblemente atraído por ti. La lujuria es irracional y llega así, de esta manera.

Y luego añadió una ristra de corazoncitos y de caritas relamiéndose, el muy satirón.

No hay que decir que luego lo bloqueé y se acabó. En esas estaba, cuando regresó Quique de una reunión de trabajo a las dos de la mañana, con un olorcete a gintonic que daba horror.

-¿Qué haces, nena?- me preguntó.

-Aquí, en las redes, promocionándome.

-Vale, ¿te va bien?

-Más que bien, regular. Por cierto, ¿tú qué piensas de los independentistas catalanes?

-Que son unos tarados. España es una, grande y libre.

-Qué alivio me da escucharte eso. Ahora te preparo tu leche y tu ibuprofeno, mi vida, mañana volverás a estar como un toro de Miura.

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