El estallido de flores en los almendros durante estas fechas hace pensar que la primavera se avanza, sin embargo, esta floración temprana en estos cultivos de secano es habitual en la zona mediterránea. Aunque estos frutales se caracterizan por un comportamiento impaciente para volver a su actividad biológica tras el invierno, es cierto que ya se han descrito algunas tendencias importantes vinculadas con el calentamiento global. Por ejemplo, algunas especies de almendro, como es el caso de la variedad Ferragnes, florecen actualmente hasta con diez días de anticipación que hace cuatro décadas en zonas como sur de Barcelona, Tarragona o norte de Castellón, según la Red de Observaciones Fenológicas (Fenocat) del Servicio Meteorológico de Cataluña (SMC). Una tendencia que, con toda probabilidad, también se estará produciendo en las islas Baleares. Ante estas alteraciones de la biodiversidad, el Centre de Recerca Ecològica i Aplicacions Forestals (CREAF) ha promovido el observatorio ciudadano RitmeNatura.cat, donde se podrá apadrinar una planta, anotar como cambia en cada estación y aportar datos para estudiar los efectos del cambio climático. Esta iniciativa se ha desarrollado junto con las empresas Altran y Starlab gracias al proyecto europeo Ground Truth 2.0, coordinado por Instituto de Educación del Agua de IHE Delft (Países Bajos). De hecho, se han puesto marcha un conjunto de seis observatorios de seguimiento ambiental tanto en Europa como en África.