El subtítulo de la obra El proxeneta, de Mabel Lozano, da cuenta de la envergadura de su proyecto Chicas nuevas 24 horas: «La historia real sobre el negocio de la prostitución» (Alrevés). Más que una novela, el suyo es un tratado crítico y demoledor, profundamente realista y valiente, sobre el multimillonario mercado oculto de la prostitución. Con su obra, Lozano aporta muchísimo a la igualdad de género, pues, si alguien duda de los implícitos de todo putero y proxeneta -maltratador, violento, explotador y largo etcétera- desde ahora será cómplice informado de su miseria moral, psicológica y emocional. La ciudadanía -y mucho más los hombres- debe alzar la voz contra la prostitución. Machos escépticos, se os acaba la coartada: ni «trabajo sexual», ni «libertad» ni «feminazismo». Leed la historia de Miguel El Músico, un exproxeneta condenado y sentenciado a 27 años de cárcel. Una historia real con las evidencias científicas propias de las sentencias firmes de la justicia. Y con datos desgarradores: explotó a más de 1.700 mujeres, incluido menores.

La prostitución es una escuela de desigualdad humana, como insiste la socióloga Ana de Miguel. A partir de este axioma, sólo cabe una reacción posible: la de perseguirla, condenarla y estigmatizarla poniendo el acento en el putero, que no paga por sexo, sino por vidas. De ahí que, amén de su libro, Mabel Lozano, directora, guionista y productora de cine social, encarnara su denuncia en el documental Chicas nuevas 24 horas (Proyectochicasnuevas24horas.com). E incluso una app: Chicas nuevas 24 horas: Happy! Nos acerca a la historia real de Happy, víctima de trata nigeriana que llegó a España engañada para ser explotada sexualmente. El alumnado debe conocerla e interactuar, al menos si nos importa despertar su empatía además de la crítica indispensable. El silencio en la vida cotidiana, también en las aulas, convierte a esta sociedad cómplice de la barbarie patriarcal. La prostitución es la prueba evidente de la fratría entre capitalismo y patriarcado.

La lucha contra la prostitución ya tiene apoyo institucional. Así lo prueba que Mabel Lozano presentara recientemente su proyecto en València, en Adeit, por magnífica iniciativa del área de Igualdad de la Diputació de València. La incombustible diputada y feminista Isabel García lamentó que «los jóvenes acudan a los prostíbulos como una diversión más, celebrando allí despedidas de soltero, incluso para terminar una noche de fiesta». Es el momento de expandir esa sensibilización y educar en igualdad. No ha lugar para la prostitución.