Las mezclas heterogéneas en la ciencia de la química son las que poseen una composición no uniforme en la que se pueden distinguir fácilmente los dos componentes, al tratarse de dos sustancias físicamente distintas. Ahí se encuentran el aire y la tierra, el agua y el aceite,.. Son muchos los ejemplos, y podríamos añadir uno más: los problemas de los futuros pensionistas y las soluciones que se proponen desde el Gobierno. Una mezcla que, por lo heterogénea y por lo imposible de la solución de sus elementos, se ha ganado a pulso unas líneas en los ejemplos de tratados de química.
Qué se puede esperar de un Gobierno cuyo presidente, Mariano Rajoy, ha pedido a los españoles que ahorren para poder cobrar una jubilación digna cuando finalice su trayectoria laboral. Gran sentencia mientras la Comisión de Evaluación y Análisis del Pacto de Toledo en el Congreso de los Diputados aprovecha un inicio de año sin apenas actividad para revisar cuestiones relativas a la sostenibilidad del sistema y su futuro, y entretanto, su presidenta, Celia Villalobos, acusa a los jubilados de estar más tiempo cobrando la pensión que trabajando. Por no hablar de su propuesta a los jóvenes de guardar «dos eurillos al mes» para poder complementar su pensión al final de su carrera laboral.
Si a la carencia de decisiones políticas para corregir la situación le añadimos los recortes en los que ya la cobran -los jubilados este año perderán un 22 % de su poder adquisitivo- y la estrategia del miedo, que sospecho que está minuciosamente programada para tratar de propiciar potenciales clientes a los planes de pensiones, el cóctel de la jubilación se convierte en la mezcla heterogénea que antes apuntaba. Lejos de la solución.
Pues bien, voy a rebatir científicamente desde las disciplinas matemática y estadística el intento de mezcla presuntamente homogénea -en realidad heterogénea- que pretende experimentar el Gobierno con el componenente de las pensiones y el del ahorro de las familias.
Pedir a los hogares valencianos que ahorren o firmen planes de pensiones o cualquier otro tipo de producto financiero o no para compensar su pensión futura s0lo es una quimera al alcance de las rentas más altas, las que precisamente ya se han encargado de poner remedios a estas situaciones.
Mientras tanto, la realidad de los componentes impone que el 43 % de las familias valencianas carece de capacidad para afrontar gastos imprevistos. El mismo porcentaje llega a fin de mes con dificultad o mucha dificultad. El 44,2 % no se va de vacaciones ni una semana al año. El 19 % vive por debajo del umbral de la pobreza. La renta media entre 30 y 44 años es de 8.728 euros anuales -727 al mes-. Y todo amalgamado con otros elementos, como la tasa media de ahorro de los españoles acercándose a mínimos históricos (6,1 %). Con más de un 50 % de los jóvenes con contratos temporales y una población que no empieza a cotizar con regularidad hasta pasados los 30 años. Con un 20 % de asalariados atados a contratos a tiempo parcial Con un 40 % de parados de más de 45 años de larga duración. En estas circunstancias, ¿alguien me puede explicar cómo se ahorra? ¿Se deja de comer? ¿De pagar la hipoteca o el alquiler?
La mezcla, como decía, no es homogénea. No funciona. No «soluciona».
Las pensiones llevan camino de abandonar la condición de derecho para entrar en la categoría elitista del privilegio.
