Si cuando la final del Mundial de España con Holanda, Robben hubiera batido a Casillas, ya muy avanzada la finalísima, muchos españoles de seguro -por nuestro connatural fatalismo secular- habrían dada por perdida, una vez más, la tan inmensa, deseada y escurridiza copa. Pero ahora sabemos que no. Que el otro día, en una comida entre amigos en València, o tal vez en un sueño, Vicente del Bosque, y casi ocho años después, nos dijo que nones, que si el pelirrojo holandés hubiera osado batir a nuestro amado Iker, «entonces les metemos cuatro».

Y aclarada para siempre la medular cuestión que a tantos nos ha mantenido en vilo y en angustiosa duda y durante tantos años. Podemos anunciar que con la justicia y los bancos es lo mismo: cuando todo puede parecer perdido, les metemos cuatro. Hoy tenemos que celebrar, una vez más, que la Justicia, encarnada en nuestro respetado Tribunal Supremo, ha vuelto a dar la razón a los arruinados por los bancos. Por un lado, Caixabank, hoy domiciliada en la valenciana calle de las Barcas, habrá de responder de los productos mal vendidos por Bankpyme, aquel banquito que en su día se agenció la caja de Isidro Fainé. Así lo dice nuestro alto tribunal.

Ahí no queda la cosa. Que a partir de esta justa doctrina por la cual sí o sí el banco comprador se hace cargo de las ventas de productos financieros mal efectuadas por el banco adquirido, ahora la Audiencia de Valencia, y por primera vez en cuanto al banco portugués, fija que de los productos o bonos mal vendidos por el Espirito Santo -del que fue imagen Cristiano Ronaldo y que ya no existe-responde el Novo Banco. Y por si fuera poco, nuestro alto tribunal también acaba de decir que para contar los plazos para reclamar por las malas ventas de productos financieros, habrá que estar a la terminación, vencimiento o consumación de los contratos, y no a cuando tuvimos primera noticia de haber perdido nuestros euros con ellos. Pues, como se ve, no va a ser tan fácil librarse de la grave responsabilidad que contrajeron al engañar a sus tan fieles y crédulos clientes para los que vendieron malamente los tóxicos bancarios: Valores Santander, bonos y acciones de Popular, swaps, hipotecas multidivisa... y tantos y tantos productos tóxicos.

Les malvendieran directamente ellos estos productos, o tal hicieran los bancos que compraron o abordaron: CAM, Banco de Valencia, Banco Espirito Santo o Bankpyme? y, como no, Caixa Catalunya, adquirida por el BBVA, y el Popular, que el verano pasado se quedó el Santander. Porque ya saben: ni que ahora el banco haya cambiado de nombre o tenga un nuevo dueño, le libra a este de responder, ni tampoco nos pueden recortar a su antojo los largos plazos que nos asisten para reclamar. Pues al fin y al cabo, y como dijo Del Bosque, si nos hubieran metido un gol o eso hubieran pretendido, con estos cambios de nombres de los bancos o con quitarnos leguleyamente los plazos para reclamar, les habríamos metido cuatro o simplemente, y tras fallar clamorosamente, vino Iniesta o el Supremo y nos dio a beber la Copa de la Justicia a todos los afectados. Y así fue y así se lo hemos contado.