Una décima puede ser nada y mucho al mismo tiempo. Un 4,9 no es un cinco y un 9,9 no es un diez, de una fracción minúscula depende a veces el aprobado, la excelencia o la victoria. Que se lo digan a Antena 3 y Telecinco que en estos últimos días de febrero han peleado por ser los primeros del mando. La película «Marte» y la serie «Fariña» han sido las últimas ofensivas. La aritmética de los espectadores lo es todo a la hora de vender a sus anunciantes, este es el porqué de esta batalla que se lleva librando desde 1990. La guerra sucia se producía en la década en la que nacían las competidoras, la maniobra de la contraprogramación estaba a la orden del día en parrillas mareadas en las que el espectador, que era analógico y todavía no decidía el qué y el cuándo ver, nunca sabía lo que el «prime time» le iba a deparar. Menos, pero hoy todavía sucede, precisamente llevamos días sufriendo el ratón y el gato con la serie «La verdad» o «Got Talent». Motivos de más por parte las generalistas para invitarnos al «streaming».
Lo suyo es como un derbi televisivo, un Madrid-Barça sin final donde los entrenadores son dos hombres de negocios trajeados: Paolo Vasile y Silvio González. Son como Valverde y Zidane, o más bien como los Florentino y el Bartomeu de la televisión. Cada uno con su equipo titular con sus delanteros en cada pantalla y lo que es mejor y lo que diferencia el símil deportivo del televisivo, aquí hay mujeres en primerísima linea como Griso o Ana Rosa. Lástima no encontrar la misma paridad en los despacho de quienes deciden lo que vemos.
Y después está Televisión Española que a veces molesta pero sólo reina ocasionalmente, de hecho como pública que es no debería aspirar a ser la primera sino la de todos. La 1 sería como el València o el Athletic de Madrid de la televisión, y después estarían La Sexta y Cuatro que harían las veces del Villareal y el Sevilla. Horas antes del cierre de esta edición el empate entre los dos gigantes era técnico. Hoy empieza de nuevo otra contienda de 31 días, Telecinco está herida pero ni mucho menos hundida y adelanta artillería pesada, «Supervivientes» está al caer.
