En los últimos días nos hemos visto visitados por la Bestia del Este (como llaman en Europa occidental a las olas de frío siberianas) que se enfrentaba, y esto es nuevo, a la "bestia del sur", el frente cálido que avanzaba desde el Atlántico. En algunos medios aparecía, a modo de combate, el enfrentamiento entre las dos masas de aire. Como toda leyenda estaba basada en hechos reales, pero con alguna que otra floritura para la galería. La situación para algunos aficionados era más interesante por lo que suponía de alteración de los patrones climáticos, una borrasca en las Azores, un anticiclón en Islandia y una invasión de aire frío viniendo directa desde Siberia, que por sus consecuencias directas en la península ibérica.

No voy a discutir que la situación ha traído nevadas en cotas bajas, incluso a nivel de mar, en la mitad norte de España, y va a traer, está trayendo ya, las ansiadas lluvias a la mitad sur, especialmente a Extremadura, Castilla la Mancha y Andalucía (al sudeste no demasiado porque siempre es un territorio especial). Es más, me atrevo a decir que se acaba de abrir claramente el camino al fin de la sequía en todos estos sectores porque no es una situación aislada, promete tener continuidad durante al menos diez días, Todo eso también es bueno para las grandes cuencas mediterráneas (Júcar, Turia y Segura), que se benefician más de las lluvias en cabecera que de las precipitaciones torrenciales en las cuencas medias y bajas.

Todo eso es positivo y también lo es, contra lo que creen algunos, que la ola de frío siberiana no nos haya apenas afectado, porque había haber traído nevadas a todo el este y eso es muy espectacular, pero también solo frío seco, y eso, a estas alturas de invierno, no es ya muy conveniente. Algunos medios se fijaron en una predicción hecha hace días y se basaban en ella, cuando estaba ya claro que no se daría, para decir que el 1 de marzo vendría a Valencia una «mascletá» de nieve, todo muy lírico pero muy exagerado, como la «insólita» nevada en la Playa de la Concha que se repite todos los años con mayor o menor intensidad.