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Maite Mercado

Mucho 'Fariña'

La adaptación televisiva de «Fariña» recuerda irremediablemente a «Narcos» desde el mismo arranque, con un montaje de imágenes de archivo y recortes de diarios acompañado de una voz en off que relata qué pasaba en Galicia en aquellos años en los que sonaban los nombres de Sito Miñanco, Los Charlines o Laureano Oubiña, similar al que daba inicio al maravilloso primer episodio de la serie de Netflix.

Las referencias se hacen explícitas en un viaje a Panamá de los protagonistas en el mismo instante en que entran en una finca casi idéntica a la que acogía las reuniones del cartel de Medellín. Y entonces aparece Juan Pablo Shuk, el coronel que buscaba sin tregua a Pablo Escobar en «Narcos». En la escena más aplaudida en las redes, les enseñan una foto del patrón, el narcotraficante más grande de la historia, y nuestros compatriotas sueltan: «Nosotros el único Escobar que conocemos se llama Manolo». También coincide en el reparto Tristán Ulloa, el presidente Ernesto Samper en Colombia y aquí sargento de la Guardia Civil.

Este piloto de «Fariña» no sorprende por tanto si has visto la serie que cuenta la vida y muerte de Escobar pero, como aquella, engancha y desprende aroma de calidad por todos lados: factura visual, un guion con todo lo que hay que tener pero sin accesorios, localizaciones, buena música y mejores interpretaciones de actores y actrices muy conocidos en Galicia y de Javier Rey, que se aleja del personaje con el que triunfó en otra serie de Bambú, el Mateo de «Velvet». Hasta los que suelen despreciar las ficciones españolas simplemente por su nacionalidad, reconocerán, si se dejan los prejuicios lejos del mando a distancia, que cumple con creces y no tiene nada que envidiar a producciones extranjeras.

Hay que agradecer a Antena 3 que vuelva a apostar por ficciones que no encajan cien por cien en el perfil del prime time de las generalistas, como hizo con «Vis a Vis» o «La casa de papel». Todavía no sabemos si emitirán el segundo episodio la semana que viene porque este estreno fue anticipado para aprovechar la noticia del 'libro secuestrado'. De hecho, la serie, de 10 capítulos, está todavía en postproducción.

«Fariña» demuestra, una vez más, que tenemos historias cercanas que contar tan interesantes como las que nos tragamos ambientadas en lugares lejanos, en contextos que poco tienen que ver con nosotros, ya sean de narcotraficantes o de misioneros.

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