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Ellas

Muy cerca de donde se encuentra la productora de televisión donde trabajo hay un colegio en el que cada mañana suenan maravillosas canciones, clásicos modernos que son un regalo para mis oídos y para los de cientos de chavales que las escuchan cada vez que hay un cambio de clase. Estos días se escuchan voces femeninas poderosas como las de Adele o Dolores O´Riordan y me dan ganas de ir y darle un abrazo al jefe de estudios, porque intuyo que a estos estudiantes se les está educando en el valor esencial de la igualdad. De todas las alumnas seguramente se formará alguna o algunas periodistas, una profesión que si se por sí ya resulta difícil, para ellas aún lo es más.

Hoy encenderemos la radio, la televisión o leeremos la prensa y echaremos de menos las voces y las letras de tantas compañeras que han decidido hacer una pausa para la reflexión. Respeto para las que no, siempre he pensado que la huelga es un derecho, nunca una obligación.

Las periodistas paran y se plantan, lo cual tiene doble mérito en un colectivo como este donde desgraciadamente tanto abundan las filias, fobias, individualismos y conveniencias. El género de la palabra valentía es femenino, y la lucha también, hay motivos, ¿Qué nos encontramos en la pantalla a día de hoy 8 de marzo de 2018?: Cabezas de cartel poderosas, mujeres con nombres propios y personalidades arrolladoras que arrastran masas, pero que lo hacen en medios dirigidos mayoritariamente por hombres y sus visones masculinas, las que deciden como debe ser lo que vemos. La igualdad se divisa más lejana si nos ponemos a analizar los perfiles de los que damos la cara, la estética, para nosotros, no es siempre una condición «sine qua non», para ellas sí, y esta es la imagen a cambiar en el espejo de la sociedad.

Las periodistas paran y nosotros también. Dejo estas palabras escritas con antelación porque hoy como siempre, no puede ser de otra forma, también soy ellas.

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