Es cierto que cada uno de nosotros nos enfrentamos a los problemas con distinto talante según lo percibamos más o menos próximo. Pero a pesar de ello, no deja de sorprenderme el trato tan a la ligera con el que algún joven pero representativo periodista, dispensa al candente asunto de las pensiones en nuestro país. Además con desafortunada atención, el gobernador del Banco de España Luis María Linde, calienta la calle afirmando que ve muy complicado el futuro de las pensiones en España y remata recordando a los jubilados que tienen casa en propiedad y no tienen que pagar 600 euros de alquiler, solamente 100 de comunidad, toda una lindeza de cargo público.

Habrá que recordarles a periodista y gobernador que el artículo 50 de la Constitución Española contempla que los poderes públicos garantizarán mediante pensiones adecuadas y permanentemente actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos durante la tercera edad... Por tanto, el sistema público de pensiones no es que sea sostenible ni insostenible, es simplemente un derecho social fundamental, consolidado y protegido por nuestra Constitución, fundamentado en la aportación del trabajador a lo largo de muchos años de vida laboral, viva en su casa, de alquiler, en residencia de mayores o en el hostal La Paca. Téngase en cuenta que las pensiones contributivas no son un subsidio, son derechos adquiridos por las cotizaciones a lo largo de los años y deben ser respetados por el Estado y amparadas por la legislación.

Pero no es menos cierto que el 2017 ha dejado un déficit en la caja de la Seguridad Social de 18.000 millones de euros, lo que viene siendo una situación crónica que liquida año tras año el Fondo de Reserva conocido como la hucha de las pensiones. Este y otros conocidos indicadores como la reducción de cotizantes, el mayor número de pensionistas junto con el incremento en su esperanza de vida entre otros, hacen que exista un problema que requiere una solución políticamente consensuada para modificar la ley de la Seguridad Social y que el Fondo de Pensiones pueda financiarse no sólo con cotizaciones, sino mediante una profunda y equitativa reforma fiscal y como no, a través de los Presupuestos Generales del Estado.

Pues políticos, a trabajar de una vez por todas en este importante y fundamental asunto, y jubilados y resto de sociedad, a manifestarnos y exigir con la amenaza de nuestros votos, que den solución con garantías de unas pensiones dignas y merecidas para aquellos que tienen todo el derecho del mundo a vivir tranquilos la etapa final.