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19 de marzo, ¿día del padre?

El 17 de marzo, en una revista sabatina, entrevistaban, con reportaje fotográfico incluída portada, a cuatro padres. El año pasado, en una revista de las llamadas del corazón, el protagonismo del día del padre lo tenían famosos que lo eran por la «práctica» -ilícita en nuestro ordenamiento-de vientres de alquiler. La diferencia es patente, pero la mayor es que sin una mujer/madre oculta, esa noticias no serían posible. ¿En el día de la madre pasa algo similar? Solo el comercio da bombo y platillos a la fecha. ¿Es lo mismo? Evidentemente no, los padres son festejados por ser padres y las madres son discriminadas por serlo. Y tanto a nivel privado como público: sin mujeres no existiría el Estado, las mujeres son las imprescindibles para que los padres se hagan esos reportajes y esas fotos y para que la tasa de reposición de la ciudadanía no se detenga.

Entonces, ¿por qué se penaliza la maternidad? Por la división público/privado que los hombres manejan a la perfección: mi mujer es una reina, la madre de mis hijos y que no me la toquen. Pero cuando me visto de empresario, le digo a la mujer, si es que finalmente la contrato, que le ofrezco de forma desinteresada (no sé si se puede incluir en gastos) una aportación para que se pueda congelar los óvulos y que tenga los hijos más adelante. No le garantiza que si los tiene más tarde no sufrirá las consecuencias inherentes a compatibilizar maternidad y trabajo, pero ya habrá dado los años más fértiles al trabajo productivo. Para el otro no hace falta contrato ni salario. Esa misma diferencia entre público y privado es la que permite a los hombres hacer a otras mujeres lo que no quisieran para las suyas. El varón propietario llega hasta aquí.

Por seguir con la paternidad: no sé, ha pasado poco tiempo, si los hombres que con tanto afán defienden la legalización de los vientres de alquiler por el placer irrenunciable, derecho lo llaman, de ser padres querrían que sus hijas se dedicaran a esto con todas las implicaciones que tiene para las mujeres, en todo su ser. ¿Quiénes son, por lo general, las que alquilan su vientre? ¿Abogadas, juezas, notarias, profesoras, artistas de cualquier campo de éxito, o aquellas que viven en estado de necesidad? Y no digo que no haya excepciones, pero las leyes no se aprueban para regular la excepción.

Las diferencias no acaban aquí. La maternidad se achaca al instinto y todos tan contentos. Pero cuando una mujer se aparta de esta ruta, las maldiciones son apocalípticas. Lorente describe muy bien la diferencia: el maltratador es definido como un padre modelo. «Madres asesinas y buenos padres que matan» (dando cifras y datos) que corroboran esa diferente vara de medir. (Miguel Lorente. Auptosia 18 de marzo).

Las mujeres somos el segundo sexo. Se nace niño o niña y a partir de ahí se puede ser titular de derechos y/o discriminaciones. La causa no está en la norma, sino en el imaginario social. Por eso la igualdad de mujeres y hombres antecede al texto constitucional, forma parte de nuestro concepto de democracia. No se trata de que la justicia repare o reponga, sino de que la ley nazca sin fisuras de desigualdad.

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