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Mónica "On Fire"

Pasó el Dia de la Dona y pasaron las fiestas de San José, donde la Vice reinó como fallera mayor del Ángel del Alcázar

Pasó el Dia de la Dona y su histórica huelga de mandiles. También pasaron las fallas de San José 2018 y, casi sin darnos cuenta, hemos pasado el ecuador de los años botánicos y de esta crónica. Supongo que habrá sucedido entre líneas, pues la mitad de un libro como éste, que se publica por entregas ciberespaciales, es lo más parecido a una línea imaginaria, ya sea el Meridiano de Greenwich o a las "líneas rojas" del Honorable Fabra El Breve, que sólo veía él. Llegados a este punto ilusorio del blog sin anillas, me atrevo a comentarle al amanuense Montañés que no demore más tiempo la aparición de un post dedicado a la señora Oltra, nuestra vicepresidenta plenipotenciaria y, este año, fallera mayor del Ángel del Alcázar (vaya con el nombrecito). No me gustaría que los lectores virtuales -ni los papeleros, si los hubiera o hubiese- fueran a pensar que pretendo ningunearla; ella es la mitad de este mundo bipartito y, en ocasiones, bipolar y biodegradable.

La lideresa, a instancias del Grupo Popular, tuvo que acudir a la Cámara Alta para hablar de las cuentas de la coalición Compromís, de aquella legislatura pretérita en la que ella abandonó su militancia en Esquerra Unida del Pe Uve y se transfugó con el escaño. Como se ha podido comprobar en la pasada Nit de la Cremà yo no pongo la mano en la Nit del Foc por nadie, que por algo aspiro a ser el "Ninot Indultat" de esta historia. Sin embargo, yo por Mónica ma-to. Y es que los senadores del PP sólo pretendían con esta comparecencia extender la sombra de sospecha más "sobre-cogedora". Por eso pusieron en marcha el ventilador y hasta los parques eólicos, con tal de extender la sensación entre la ciudadanía que todos somos igual de chorizos. Cree el ladrón que todos son de su Comisión. Pero frente al embate de tan ingeniosos hidalgos de la mancha, la Vice, que se revolvió como un gigantesco molinillo y los puso mirando para Alicante y Barcelona, que son la cara A y la cara en B de este disco rayado.

Este debate, más allá de estos embates, pasará a los anales del parlamentarismo por el detalle del "mocador" fallero que lucía doña Oltra en la sacrosanta sede de la soberanía popular y de mayoría popular, valga la redundancia. Y es que en aquella misma hora del interrogatorio ella tenía hora en la peluquería para que le armaran el tocado de la princesa Leia con el que debía reinar en su barrio como jefa de la Alianza Rebelde. Pero el partido de Eme-Punto Rajoy no tuvo compasión con su pasión galáctica y le obligó a asistir a la comisión. Comisión por comisión, ella prefería estar con su comisión fallera del Ángel del Alcázar (vaya con el nombrecito), que en la comisión follonera con aquellos angelitos del Senado. Éstos, si hubieran podido, la semana de la Plantà y la Cremà, la hubieran mandado a las misiones, con misiones imposibles. No obstante, ella, que es de Comisiones (ce-ce-o-o), no se arredró ante sus señorías comisionados y/o comisionistas, y esgrimió aquel humilde pañuelo a cuadros como si fuera la última bandera.

También en los ambientes gays el handkerchief code, con sus vistosas bandanas de colores, los pañuelos servían para indicar el tipo de práctica sexual preferente. Como se quiera que el código de nuestro modesto "mocador" fiestero todavía es desconocido en la meseta castellana, revelaremos ahora y aquí su verdadero significado. Cuando una persona exhibe esta humilde prenda de trabajo anudada alrededor del cuello es que le va la marcha, le gusta fustigar con el látigo y, si se tercia, hasta utilizar los grilletes. Creo que a los masocas del PP Oltra les pone verracos; por eso la mandaron llamar la otra mañana.

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