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Estas árbitras, los árbitros, las árbitras

Tantas y tantas y tantas veces oía y leía malas concordancias entre artículos y sustantivos que hube de acudir a la Gramática de la Lengua Española y a la Ortografía de la RAE, al Diccionario Panhispánico de dudas, al "Manuel Seco" y al "María Moliner" y al DEL y a la Fundéu por ver si habían cambiado las normas y en la inopia vivía yo. Oigo: "No estamos llegando bien a la área contraria". Leo: "Utilizaremos la arma de la presión". Como creo que semejantes expresiones son incorrectas, consulto la doctrina de las autoridades y compruebo que sí, que son incorrectas. Regla al canto: Los sustantivos femeninos que comienzan por "a" tó- nica -o sea, con fuerza de voz sobre la "a" inicial: área, arma, agua, águila, alma o hacha- obligan a cambiar el artículo femenino "la", cuando los preceda, por el masculino "el". ¿Por qué? Para evitar la cacofonía, se explica. Así que tengo que decir y escribir: el área, el arma, el agua, el águila, el alma y el hacha. Vale pues: muy fácil. La regla se extiende a los determinantes "un, algún y ningún" (un área, algún arma, ningún agua), salvo para la Fundéu, acaso con objeto de que crezca la confusión y así se puedan organizar congresos lingüísticos ineficaces todo pagado o todos pagados. ¿Hay, además, excepciones? Claro que sí, faltaría más: debe decirse "la hache" y "la alfa", "la Ana" y "la Águeda", "la AMPA". La cosa se sigue liando, gracias a la gran manga ancha de la RAE -que hoy por hoy come de todo- y a que la lengua es de los hablantes y tal y tal. Pero, de momento, la norma solo afecta a tope (1) a los determinantes citados (2) siempre que vayan inmediatamente antes del sustantivo y (3) siempre que sea un sustantivo lo que va justo después. O sea: "el área"; pero "esta área". O sea: "la otra área" o "la misma área". O sea también: "la hasta ayer alcaldesa" o "la ´alma máter´ " (que, por cierto, es solo "la universidad" y no esas cosas que le aplican). Lo siento mucho, la vida es así, no la he inventado yo. Enseñar gramática es un deporte de riesgo gracias a ese afán por complicarlo todo que tanto mola a los normativos hodiernos de la Real. Pues bien, siguiendo esta regla, debería decirse "el árbitra" cuando nos referimos a una mujer que concilia intereses entre partes o posee una autoridad incontestable sobre una materia o cuida de la aplicación del reglamento deportivo (con el Mundial de fútbol de Rusia ahí mismo, aunque sin árbitras). El sustantivo comienza por "a" tónica y hay que cambiar el artículo femenino por el masculino, como indica la norma referida antes. Pero "el árbitra" nos suena fatal, ¿verdad? Entonces, ¿habría que decantarse por "el árbitro", levantando así las justas iras de género? Busco explicaciones en los tomos supradichos y casi todos se van silbando tangos ante el asunto. La Fundéu no. La Fundéu ofrece una solución simpatiquísima. Hela aquí: "Mantienen el artículo ´la´ cierto número de voces de reciente incorporación que se refieren a personas". Y ejemplifica con "la árbitra". Nada que oponer a que se aplique tal excepción a palabras recientemente incorporadas. Sin embargo, añade a "árbitra" dos ejemplos que son - agárrense ustedes- "árabe" y "ácrata". ¿Las árabes y las ácratas son conceptos "de reciente incorporación"? Ole y ole. ¿No había antes árabes ni ácratas mujeres? Hay que ver lo que inventa el personal con tal de parecer sabio y referente. Son el sentido común, el genio del idioma y creo que hasta el propio sistema lingüístico los que piden "La israelí y la árabe abandonaron juntas la estancia" y "La ácrata y la comunista no se entendían" cuando me refiero a dos "seres sexuados" (sigo con lo que dice la Fundéu) femeninos. Por lo mismo, digo y diré "la árbitra" y tan pancho me quedaré. Y ojalá arbitre bien.

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