El observatorio astronómico y meteorológico Fabra de la ciudad de Barcelona fue fundado en el año 1904 gracias a la donación económica hecha por Carlos Fabra en el momento de su fallecimiento. Carlos Fabra era un empresario del sector del textil. Otros mecenas, como Rafael Patxot, crearon la fundación Patxot que contribuyó a la impresión del atlas pluviométrico de Cataluña de 1930 hecho por Joaqum Febrero.

Se debe remarcar por tanto que la riqueza creada por el esfuerzo personal de los emprendedores a menudo ha contribuido a los avances de la meteorología. Por otra parte ha habido gente culta que ha realizado observaciones meteorológicas de gran interés climático, como es el caso del médico y observador meteorológico barcelonés Francesc Salvà Campillo, que destaca por ser el pionero de las observaciones meteorológicas en la ciudad Barcelona. Gracias a sus observaciones meteorológicas y en sus dietarios el Servicio Meteorológico de Cataluña ha podido reconstruir la precipitación de Barcelona desde el año 1787. Rafael Patxot fue el primer meteorólogo catalán en medir la tramontana.