El pasado domingo, 1 de abril ,fue un día histórico en el País Valenciano con la reversión a la sanidad pública del Hospital de la Ribera, buque insignia del modelo neoliberal privatizador de los servicios públicos del Partido Popular, puesto como ejemplo a seguir en todo el Estado, coherente con su idea de que la sanidad, como si fuera una mercancía cualquiera, es ante todo un negocio.

Esquerra Unida del País Valencià (EUPV) siempre ha estado en contra de este modelo neoliberal, ya que consideramos que la salud es un derecho y nunca un negocio y porque el modelo de colaboración público-privada es mucho más costoso que el de gestión pública. El objetivo de las empresas privadas concesionarias del servicio es obtener los máximos beneficios, como es el caso de la mercantil Ribera Salud, lo que consiguen a base de reducir plantillas. El personal se ve así obligado a trabajar más horas por menos dinero que en la sanidad pública, lo que determina un deterioro en la asistencia sanitaria de la población, como se ha puesto en evidencia estos días con la saturación del servicio de Urgencias o las listas de espera para Atención Primaria.

EUPV se opuso desde el primer día a este modelo de gestión, no sólo por motivos ideológicos, sino también prácticos. El modelo no solo es más caro, sino que ofrece peores resultados para la salud de la población, como muestra un informe del Simap (Sindicato de Médicos de Asistencia Pública) que estima que los sobrecostes del hospital sólo en los años 2015 y 2016 han sido de 65 millones de euros. No se han cumplido en ningún momento las optimistas expectativas de la Conselleria de Sanidad con el PP, que pasó en el año 1999 de pagar 204 euros por habitante al año a la concesionaria hasta los más de 750 en 2018, es decir más de 3,5 veces más.

Pero ahora, una vez en manos de la gestión pública, de la que nunca debió de salir, se debe no sólo mantener la atención sanitaria prestada por Ribera Salud, sino que se debe mejorar, reforzando la Atención Primaria, adecuando las plantillas de personal a las necesidades de la población y mejorando sus condiciones de trabajo, así como renovando las instalaciones y el material sanitario que lo precise, ya que en los últimos años Ribera Salud había congelado las inversiones necesarias para estos fines.

Por otra parte, no hay que olvidar que aún queda un gran porcentaje de población del País Valenciano atendido por el modelo público-privado (Dènia, Elx, Torrevieja, Manises) que debe de seguir urgentemente un proceso similar de reversión a la sanidad pública sin esperar a la finalización de sus contratos, entre 2021 y 2025, ya que entendemos deben de prevalecer los intereses de la población sobre los de las empresas. En definitiva, desde EUPV nos felicitamos porque se haya empezado a dejar a un lado una de las materias negras del PP, que entregaba la sanidad como negocio a sus empresas amigas. Sin embargo, queremos recordar al gobierno autonómico que no es suficiente con que la sanidad sea de gestión pública, sino que, además, tiene que ser de calidad.