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El presente de Facebook es tan aterrador como su pasado

Las nuevas revelaciones sobre el caso de Cambridge Analytica son desalentadoras para Facebook y el miércoles recibieron una gran cantidad de merecida atención. Pero lo que sucedió en la enigmática firma de consultoría política en gran medida tiene que ver con el pasado de Facebook. La compañía hizo nuevos cambios el miércoles que pusieron de manifiesto lo poco rigurosa que está siendo actualmente en cuanto a permitir el acceso a la información de los 2.000 millones de usuarios de la red social.

La gran noticia, por supuesto, fue que Facebook entregó su primera estimación de la cantidad de cuentas que pudieron haber caído en manos de Cambridge Analytica, una firma que trabajó en la campaña presidencial de Donald Trump. Facebook dijo que el número alcanzaba 87 millones de personas, principalmente en Estados Unidos, lo cual fue superior a los informes previos de los medios que sugerían que la empresa había recolectado información privada de los perfiles de Facebook de más de 50 millones de personas. (Incluso la cifra de 87 millones es solo una estimación. Cambridge Analytica negó el miércoles haber recibido datos de tantas personas).

Recordemos que todo esto comenzó porque un académico obtuvo permiso para acceder a las cuentas de Facebook de unos cientos de miles de personas en 2014, lo que utilizó para aprovechar la información de las cuentas de decenas de millones de personas más y compartió la información en forma inapropiada con Cambridge Analytica. Facebook cambió sus políticas de recopilación de datos hace unos años y, en teoría, una situación tipo Cambridge Analytica no podía volver a suceder. Sin embargo, mucha más información valiosa sobre usuarios de Facebook obtenida de manera indebida podría estar flotando en el mundo desde la era de las políticas laxas de Facebook. La red social ha dicho que hará un análisis completo para erradicar a otros agentes externos que hayan obtenido grandes volúmenes de datos de usuarios de Facebook como lo hizo Cambridge Analytica.

La nueva revelación agrava la crisis que ha rodeado a Facebook durante casi tres semanas, y que le ha costado a la compañía unos 90.000 millones de dólares en valor bursátil. Sin embargo, hay una revelación más profunda tras las enmiendas de Facebook a sus políticas divulgadas el miércoles. Demuestra la cantidad de información de cuentas que Facebook aún permite que puedan obtener agentes externos, y me hace reflexionar, por qué Facebook está cerrando algunas puertas a sus interminables series de datos.

Por ejemplo, Facebook anunció que estaba eliminando una función que le permitía a alguien ingresar al número de teléfono o la dirección de correo electrónico de otra persona en una búsqueda en Facebook para buscar a un amigo o colega. La compañía dijo que encontró personas que abusaban de esa función para extraer la información de perfil público ingresando el correo electrónico o número de teléfono que ya tenían.

Puede imaginar la cantidad de firmas de recolección de datos sospechosas que ingresan el número de teléfono de su madre y encuentran su perfil de Facebook para absorber sus bases de datos con información sobre sus programas de televisión favoritos, su ciudad natal y sus afiliaciones políticas. No hace falta decir que pocos usuarios de Facebook han pensado alguna vez sobre este particular uso indebido de la información. Y como muchas cosas sobre Facebook, este uso inapropiado puede haber sido extremadamente extendido. "Creemos que a la mayoría de la gente en Facebook con perfil público los podrían haber revisado de esta manera", escribió el director de tecnología de Facebook. ¿Cómo es posible que Facebook no haya cerrado este vacío sobre los datos antes?

Y la misma actitud desconcertada se aplica a las medidas que ha adoptado Facebook para restringir el acceso a la información a terceros, como a qué eventos privados la gente ha indicado en Facebook que planean asistir y acceder a la información de usuario de Facebook desde aplicaciones o sitios web que permiten a las personas iniciar sesión usando su nombre de usuario y contraseñas de Facebook. Los desarrolladores se quejarán sobre estos cambios y las muchas compañías externas que dependen de Facebook para llegar a sus clientes o usuarios estarán justificadamente molestas. Pero la verdadera pregunta es por qué Facebook no había realizado estos cambios antes.

El hecho más inquietante es que, en algunos casos, es el mismo Facebook el que decidirá si aprueba la capacidad de terceros para aprovechar los datos de esta red social. Ya hay dudas sobre si Facebook puede administrar estas aprobaciones caso por caso. Y los usuarios de Facebook deben reflexionar si la compañía debería siquiera tomar esas decisiones por sí misma.

El resultado de los últimos 18 meses de reiterados escándalos de Facebook, incluido el caso de Cambridge Analytica, es que Facebook tiene más poder que nunca. Mark Zuckerberg (comprensiblemente) ha hecho a su compañía responsable de triunfar en las elecciones de Estados Unidos y en muchos otros países a partir de una interferencia indebida. Zuckerberg ha dicho que Facebook era responsable de evitar la posible violencia étnica en Myanmar.

Y Facebook ahora será responsable de revisar las solicitudes de terceros que quieran acceder a la gran cantidad de información sobre 2.000 millones de usuarios. Esa es una gran responsabilidad para una compañía que se ha comportado reiteradamente de manera irresponsable y ha reaccionado sistemáticamente con arrogancia cuando ha sido cuestionada.

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