Esta semana una delegación de empresarios valencianos, a los que tendré el placer de acompañar, viaja hasta China y Japón para abrir nuevos mercados. No es una misión comercial al uso. Adentrarse en un mercado lejano y tan distinto al mercado natural de la empresa valenciana, que es el europeo, supone un reto. Pero es un reto que está al alcance de los exportadores valencianos.

Lo está especialmente por la oportunidad que se abre con el Acuerdo de Asociación Económica que ultiman la Unión Europea y Japón. Un tratado que creará el área económica más grande del mundo. Un espacio comercial que representa el 30% del PIB mundial.

La Comunitat Valenciana puede y debe ser protagonista en ese nuevo escenario de reducción de distancias físicas, económicas y burocráticas. Sectores clave de nuestro tejido económico, como el agroalimentario, el calzado, el textil, el químico o el de bienes industriales podrán acceder al mercado japonés sin los aranceles que ahora dificultan la rentabilidad de las operaciones.

Debido a esta oportunidad las Cámaras de Comercio de la Comunitat Valenciana y la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) trasladaron a la Generalitat el interés de los empresarios valencianos por aprovechar desde el primer momento esta nueva coyuntura comercial. De este interés y de la voluntad del Consell de impulsar la internacionalización de la economía valenciana nace esta misión empresarial.

Porque en un mercado global extremadamente competitivo, la actitud proactiva es clave. Tomar la iniciativa es imprescindible para posicionarnos en los nuevos mercados que se abren con acuerdos como el que la Unión Europea firmará con Japón. Llegar antes es más importante que nunca y por eso, la misión comercial valenciana será la primera que realice una región europea al país asiático con el nuevo marco comercial de fondo. Seremos los primeros como fuimos en la misión comercial a Canadá tras la aprobación del CETA.

Estos tratados que eliminan obstaculos al comercio internacional, establecidas las salvaguardas necesarias para proteger los derechos laborales o los estándares medioambientales, deben ser acogidos como oportunidades.

Una economía como la valenciana, que tiene en su ADN la exportación, incluso en las épocas más grises de nuestra historia, sabe competir en cualquier mercado por exigente y lejano que sea. Lo ha demostrado durante décadas y lo sigue demostrando día a día. De hecho, la exigencia que supone destacar en un mercado globalizado lleva a las empresas a adaptarse a los cambios tecnológicos y a los nuevos estándares de calidad, es clave para la transformación de nuestro modelo productivo.

En un momento en el que parecen tomar auge políticas ultraproteccionistas en algunos países, en especial en los Estados Unidos de Donald Trump, hay que insistir en los valores que representa la Unión Europea, tanto en la vertiente económica como en la social. Unos valores que no se construyen desde el proteccionismo sino con la apertura, con unas reglas de juego justas. Cuando se aumenta la apertura la Comunitat Valenciana siempre gana.

Los valencianos sabemos jugar en ese tablero. Un tablero al que ahora se incorpora Japón como una pieza en la que lo tenemos todo a ganar. Esta primera misión comercial será la prueba de nuestra capacidad para ofrecer lo mejor de nuestra economía y establecer contactos que permitan a nuestras empresas intercambiar conocimiento e innovación.

En este viaje aprovecharemos también para visitar el puerto de Tianjin en China. El gigante asiático, que es el país de origen de la mayor parte de las importaciones que llegan a España con el puerto de València como puerta de entrada. Junto a las autoridades portuarias de València y Castelló, queremos consolidar esa posición estratégica.

China y Japón son dos actores fundamentales en la economía mundial. Y los valencianos queremos tener un papel protagonista. Por eso, en esta iniciativa empresarial no solo mostraremos a sus empresarios lo que sabemos hacer en nuestra industria o la excelencia de nuestra oferta turística. La Comunitat Valenciana en sí es un valor tangible que también queremos que conozcan. Un territorio donde invertir, donde la estabilidad política y económica, la seguridad jurídica y el diálogo son los ejes que generan la confianza necesaria para ser el eje económico del sur de Europa. El territorio de España donde más ha crecido en el último año la inversión extranjera. No es una visión de futuro. Es el presente y vamos a aprovecharlo.