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Maite Mercado

Relatos globales

«Me quedo a cuadros», decía Úrsula Corberó al enterarse de que «La Casa de Papel» era la serie de habla no inglesa más vista de la historia de Netflix, con 125 millones de abonados en 190 países.

La producción de Atresmedia en colaboración con Vancouver Media ha entusiasmado en Francia, Italia, Estados Unidos y toda Sudamérica, especialmente en Argentina y en Uruguay, donde los fans han impreso billetes con los rostros de los protagonistas, que también se colaban en el vídeo «hackeado» de la canción «Despacito» de Luis Fonsi en YouTube.

No estaba prevista otra temporada pero Netflix ha comprado los derechos a Antena 3 y habrá tercera parte. Muchos pedían en las redes saber cómo lo llevaban El Profesor, Tokio, Río, Nairobi y Denver, y vista la acogida internacional, lo sabremos en 2019. Junto a ellos, se ve en la «promo» a un enmascarado con la careta de Dalí que puede ser, atención, Berlín, que tras el desenlace del asalto a la fábrica de moneda solo puede volver en «flashbacks» o alucinaciones. Por la altura, el de la foto no parece él, pero es el propio actor Pedro Alonso quien ha hablado de resurrecciones y ángeles en Instagram. Desde luego, no encajaría caer en lo sobrenatural, ni con alas ni como un fantasma con mono naranja.

El éxito de la serie responde a su estupenda factura audiovisual y a la calidad de los personajes. Con ellos pasa como con los de las buenas novelas: se quedan contigo. Cobran vida, los sientes, los echas de menos cuando se van y te queda la esperanza de volver a encontrártelos.

Relatos que emocionan en lugares tan dispares como Brasil y Arabia Saudí, con emoción, suspense, dosis de acción y algo difícil de conseguir como Verdad, en un atraco muy largo en el que se pierde la noción del tiempo y la realidad con amores increíbles pero que, sin embargo, nos traspasa gracias al guion y las interpretaciones; a pesar de que algunos la vimos en su emisión en Antena 3, que la maltrató tras un arranque brillante con más de cuatro millones de espectadores en vez de mimarla. No es la primera vez que otros rescatan grandes historias, lo mismo pasó con «Vis a Vis». La cadena de Planeta aprovecha y ha anunciado su vuelta desde el primer capítulo a Atreseries pero dejó caer los episodios que cerraban la primera parte en verano, la época de menos consumo televisivo, haciéndonos seguir con ella a los más fieles y resistentes que hicimos polvo la web para verla en diferido. Ahora la disfrutan otros, hasta en mini pantalla. El otro día una italiana sentada junto a mí en un avión la veía en un móvil con los cascos puestos. Sin pestañear. Todo el vuelo. Qué recuerdos.

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