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Javier Cuervo

Desde hace 7 primaveras

Sabíamos que la primera víctima de la guerra era la verdad y ahora, los rusos nos enseñan que la guerra es una madre multípara de mentiras porque están distribuyendo hasta 5 versiones falsas del ataque de EE.UU., Reino Unido y Francia a Siria.

A la muerte de la verdad que provoca la guerra de nuestros aliados hay que sumar el nacimiento de estos quintillizos para movernos desorientados, ciegos por los nuestros y ensordecidos por los otros, en un conflicto de 7 primaveras en el que nadie se ha molestado en construir un relato con buenos y, sin ellos, sólo es una sucesión de capítulos de sufrimiento y de víctimas incontables en un escenario de aplanamiento correlativo donde han hecho añicos los pedazos de las ruinas.

Los 7 años transcurridos han apagado el entusiasmo inicial por aquellas explosiones de la primavera después de largos inviernos de lluvia que iban a polinizar de democracia las satrapías del oriente próximo y era seguro porque se estaban organizando con nuevas tecnologías y redes sociales, olvidándonos de que ya había youtubers del alfanje decapitando infieles. Por los mismos medios, el Brexit y Trump han sido nuestras primaveras con todos sus alérgenos. Atchíííííís. atchíííííís.

Días antes de nuestra represalia por el uso de armas químicas nos dijeron que se bombardearía con cuidadín para evitar el riesgo de una escalada de violencia fuera de control, lo que nos descubrió que desde hace 7 primaveras se está exterminando, dentro de control, a los combatientes y a la población tras de la que se parapetan. Ah, bueno.

Eso, y la delicada geometría que trazan los misiles sobre la noche de los laboratorios nos permite dormir tranquilos, sabiendo que lo ignoramos todo pero que se han llevado su merecido.

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