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Los peligros del tabaco

La guerra contra el tabaco está dando resultados. De unos años a esta parte, el rechazo social de los fumadores pasivos, la amenazadora publicidad de las cajetillas, los altos costes de los tratamientos de las enfermedades provocadas por su adicción y las evidencias clínicas de que perjudica seriamente la salud, han llevado a la siguiente conclusión: fumar es un placer muy peligroso. Los expertos consideran que el tabaquismo es la principal causa evitable de enfermedades y muerte. Cada año se diagnostican en España más de 20.000 casos de cáncer de pulmón, de los cuales el 90% se deben al consumo de tabaco.

Por eso, la prohibición de fumar ha sido aceptada por un elevado número de fumadores, aunque el asunto no es tan sencillo. Dicen los expertos que dejar de fumar puede resultar complicado, ya que el poder adictivo de la nicotina supera al de la heroína. Por eso, abandonar para siempre a ese compañero que ha estado contigo en todos los momentos importantes de la vida no es tarea fácil. Todos los que hemos sido grandes fumadores sabemos que de poco valen los consejos y prohibiciones para animar al prójimo a dejar de fumar. Lo único que realmente funciona es la decisión firme de abandonar para siempre el tabaco, la propia voluntad de no encender los cigarrillos y mantener por encima de todas las cosas esa decisión.

Por eso, la persona que desea abandonar el hábito tabáquico tiene que acostumbrarse a convivir con la necesidad de encender un cigarrillo, dejar que el sufrimiento le dé con toda su intensidad y en ningún momento actuar; de esta forma, poco a poco irá controlando su voluntad y recuperando la libertad interior al divorciarse para siempre de ese compañero fanático y devorador.

Pero, como la teoría siempre supera con creces a la práctica, hay que tener presente que el estado de ansiedad al que deben enfrentarse es tan intenso que, en muchas ocasiones, van a necesitar apoyo de médicos de cabecera, psicólogos, neumólogos, sin olvidar la dificultad que supone el separarse de ese compañero, con el que ha compartido salud, enfermedad, trabajo, ocio, alegrías y tristezas. Ahora bien, conviene tener muy presente que, con voluntad, cada cual consigue lo que se propone, a pesar de las mil peripecias que pueden detener el paseo hacia la meta, y que la ventaja fundamental que tiene abandonar este hábito es para el beneficio de la salud.

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