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Semper fidelis

Me voy de vacaciones en mayo. Hacia el Báltico vía Bremen para ver a Mario y Natalie, la rama alemana de la familia. O sea «cuando los trigos encañan/ y están los campos en flor/ cuando canta la calandria/ y responde el ruiseñor». Ahora cualquier familia puede ser como los Habsburgo y tener derivaciones en media Europa, ventajas de la trashumancia. Vamos a cargarnos de luz boreal, blanca y algo insomne, para volver a la pelea. Dicen que el agua dejó de acumularse porque empezamos a gastarla a un ritmo superior al de carga. Pero los arrozales están inundados y en las fotos que me envía Casiano veo que han vuelto los flamencos, la tribu rosada que escarba en el cieno. Como anticorrupción.

Estar vivo en mayo no es ningún mérito, es una inercia: mejora la salud de la gente que queremos y que incluso tiene más años que nosotros (que vamos por las primeras orejas) y hasta en las alas de las autopistas florecen la genista y la retama. En amarillo. Hasta aquí llego, treinta años después, Casa Carmina, el restaurante de El Saler, que sigue en la primera línea de la cocina de marjal, adecentada y modernizada. Estuve en la comida de celebración, un honor. Casa Carmina es un gineceo con la matriarca Carmina y sus hijas Mari Carmen y María José Batlle, más Anna Dolors, ahora con la vara de alcaldesa del lugar.

También dicen que crecemos pese al embrollo de banderolas y juzgados, soberanías disputadas y alto a la Guardia Civil. Es lo que yo digo: cuidado con el malhumor, suele ser hijo de la idiotez de tomarse en serio. Así pues, baños. De bosque, de ola, de cieno. De sol, al amanecer, con las gaviotas o al anochecer, con los correlimos. Decía Jorge Luis Borges que el castellano comenzó, «de un modo muy gracioso», con el Romacero, aunque luego se volviera complejo, grávido de audiencias y oidores. No es culpa del castellano, que es una lengua puente sobre tierras y océanos. Estamos en el segundo mes del viejo cómputo que empezaba en el equinoccio de primavera. O sea, al principio. Y volveré: hago flexiones con el método de los Navy Seals. Semper fidelis.

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