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El sillón de Risto

Es el cebo, que uno también sabe llamar la atención. El sillón de Risto Mejide suena mejor que decir que en Cuatro no sólo hay esperpentos sino programas normalizados que tienen el sello de la calidad. Por ejemplo, el «Chester» del mentado. Y ya que me pongo en plan limpieza de prejuicios, hasta la productora del programa, quién lo diría, es capaz de hacer algo decente que nada, o poco, tiene que ver con su trayectoria y su magisterio como cocinera de productos tóxicos. Hablo de La fábrica de la tele, asociada a Telecinco, o al revés, es decir, la productora que mejor vende el pescado podrido de esa casa. «Sálvame» es su buque insignia, su bandera de presentación. Sí, sí, divertidísimo y todo lo que se quiera, pero no le veo la gracia. Sí, sí, nueva forma de narrar esa ficción vespertina que casi entra en directo en «Pasapalabra», le arrebata el protagonismo a Christian Gálvez, y si los dejan hacen a medias la crónica de sucesos que expele cada día Pedro Piqueras dando por informativo lo que no es más que un tabloide que vomita imágenes sensacionalistas, lo que se quiera, por mí como si «Sálvame» pasa a la historia del entretenimiento vanguardista, pero no, a mí no me vale. Pues bien, la productora que firma ese río de lava soporífero y farsante es la misma que firma «Chester», que tiene su aquél. Verán, el domingo último sentó en el sillón, a dos palmos de su barba, que ahora el jurado de algunos truños memorables que sirven al dios dinero y al dios de lo banal con ínfulas de alto espectáculo se la ha dejado crecer, a Laura Pausini, también colega de «Factor X», que se desinfla como un globo pesado, cansino, truculento y aburrido, que contó que justo cuando iba a adoptar a un hijo se quedó embarazada. Pero más morbo tuvo tener allí, hablando del poder, a Gloria Lomana. La leche. ¿No la sitúan? Es muy fácil. Los miembros del PP y de los gobiernos del PP le hacían la ola cuando eran llamados a Antena 3 por la estirada dama para ser entrevistados por su sedosa y conservadora mano. ¿Ya? Así es. Gloria Lomana fue directora de informativos de aquella casa.

Lomana y Grisso

De la misma salió corriendo en 2016, decían que expulsada por la dirección después de haber dado por buenas unas informaciones cocinadas contra Podemos, por la bajada de audiencia de sus informativos tan tendenciosos y serviles, por dejarse presionar por todo lo que oliera a PP, teniendo en su misma casa, como tiene, a Josep Piqué, ex ministro con varios gobiernos de José María Aznar, que acudía a las entrevistas de Lomana con una alegría y tranquilidad de soldado ninja al que le ponen pruebas de parvulario, en fin, que la mujer salió de allí llevándose su secreto, pero no a la tumba, como se vio el otro día. ¿De derechas? No, no soy una periodista de derechas, esturreó en los pelos blancos de la barba a un Risto que se quedó parapléjico, ortopédico, sodomizado, estigmatizado como una puta santificada por el populacho, sediento, galvanizado. Pero hubo más. La «peleona por la independencia», según propia definición, se marchó de Atresmedia por el olor a azufre tendencioso de otros, irrespirable y fatal, al aire envenenado que salía, y sale, de La Sexta, a las maneras tan izquierdosas que impone Antonio García Ferreras. Bomba, diría revolcándose por el suelo King África, un movimiento muy sexy, sexy, y las mujeres lo bailan así, así, así. Llegados a este punto, lo que diga Gloria Lomana la cínica, que ahora tiene sección propia como segundona de Ana Rosa en su programa de variedades, vale tanto como cuando el chota Mariano Rajoy acude al café matinal de Susanna Griso y le suelta, seguro que para hundirla en la miseria y el descrédito, que ella es la que «me hace mejores entrevistas». Bomba, salta a la pista de nuevo el tonel de tocino de King África. Me está haciendo un flaco favor en este momento, dijo riendo una sorprendida Susanna, que no esperaba afirmación tan venenosa.

Campos y Bigote

Sería bueno preguntarse si además del sillón Chester donde Risto va sentando a gente de diverso pelaje, haciendo de Chester un programa raro dentro del derrape hacia la dura y pura extravagancia de Cuatro, hay otros que lo acompañan en el mismo camino. Y sí, me sale «En el punto de mira», o «Planeta Calleja», donde Jesús Calleja hace de su naturalidad, en las antípodas de esperpentos como el programa de los gitanos, como el de los comensales que van buscando el amor en las mesas del alcahuete Carlos Sobera, o como esas cenas con famosos gastados, arrinconados en las cunetas de la tele actual, un programa interesante en donde el invitado sale indemne, ni humillado ni apaleado, de su aventura con el leonés. Y también me sale «Volando voy», de nuevo con Calleja, algo pequeñito pero de resultados sorprendentes al visitar pueblos cuyo paisaje humano y geográfico se convierten en protagonistas, un programa con buen rollo, mucho más si en alguna de sus entregas de la próxima temporada que ya se está grabando se cuenta con Álex y Marc Márquez, los hermanos moteros que son unas campanillas que se dejan llevar por la frescura de Calleja, demostrando que sí hay formatos que son como anillos a medida. Ni «Planeta Calleja» ni «Volando voy» serían lo que son sin el toque Calleja. Por cierto, es urgente que un «Chester» esté dedicado a Maritere Campos y al artista global Bigote Arrocet. Hay que promocionar su gira por el país. Sí, cantando. Sí, sí, no me sea descreído, no me sea descreída, señora, los tortolitos van por ahí dando conciertos de su obra magna Una bella historia de amor -perdón, perdón, que echo la pota-. Aunque la cosa no pinta bien. Hace unos días se presentaron en un centro comercial en Madrid para firmar discos, y sí, sólo le faltó a Maritere ponerse en jarras y pregonar tipo la Rebe de «Los gipsy kings», la del mercadillo, «señora, que me los quitan de las manos». Sólo dos, sólo vendieron dos discos. ¿Qué necesidad tiene esta mujer, de salud pachucha, de hacer el ridículo con estas tonterías? La peor enemiga de Martire, la que dilapida su legado, es la propia Campos, que no acepta que quien fue a Sevilla perdió su silla. ¿Y si se dejara barba, como Risto? Nunca se sabe.

Chabolista Pablo

La hemeroteca es más peligrosa que la hipoteca, que la hipoteca de Pablo Iglesias y de su pareja, la señora Irene Montero. Lo escucho en «El intermedio», donde le hacen un traje a medida a los chicos de izquierdas, terror de bancos y poderosos, que se compran una chabola por 600.000 pavos. Claro que pueden hacer eso, y más. Pero la hemeroteca guarda perlas de fuego contra políticos que se gastaron ese dineral en lo mismo. Ay, ay.

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