Al actor Robert de Niro le han preguntado en Barcelona sobre el procés y ha respondido invitando a los periodistas a que lo hagan sobre_Trump, un asunto que domina bastante más. Hay una afición extendida por sorprender a los entrevistados famosos haciéndoles preguntas sobre cosas que no les conciernen y de las que, fundamentalmente, su explicación no aclararía ni aportaría nada al debate.
Algunas veces, como es el caso de De Niro, se imponen la discreción y la sensatez. Otras, incluso sin que medie palabra, el personaje, creyéndose ingenioso y con una opinión formada, sorprende al que ni siquiera pretende sorprenderle a él. Como sucedió días atrás en_Cannes con el cineasta Jean-Luc Godard, que dijo que el cine, como él lo concibe, "al igual que la pequeña Cataluña tiene dificultades para existir". Es verdad, el pequeño cine de Godard hace tiempo que no existe, especialmente porque el propio Godard se ha empeñado de modo contumaz en ello debido al declive de su talento y a una habilidad extrema para aburrir a las piedras.
En cambio las dificultades para existir de "la pequeña Cataluña", de ser, las han fomentado sus pequeños dirigentes. Así todo, la inmensa mayoría de los catalanes existe sin dificultades. La imposición del 155, salvo la comezón nacionalista de tener que aceptar lo que viene impuesto debido al incumplimiento reiterado de la ley, no creo que realmente le haga imposible la vida a nadie. En todo caso el problema, es seguir insistiendo en la imposibilidad, como Torra, y en el deseo inexplicable de continuar queriendo amargarnos la existencia al resto. Igual es a esa dificultad a la que se refiere Godard.
