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Ecclestone y el FLA que ahora debemos

Cuando se está en condiciones de quiebra como estuvo y todavía está la Generalitat Valenciana (GV) hay que tomar decisiones valientes, priorizar objetivos y dejar de pagar aquellas deudas menos vitales. Un economista comparará las deudas de la Formula 1 (F-1) con las de Sanidad y analizará sus riesgos correspondientes, un político no puede hacerlo. Las primeras pueden ser objeto de demandas en los tribunales internacionales, las segundas tienen que ver con la solidaridad vital entre valencianos. El enorme pánico que se dio ante las amenazas que podía suponer no pagar el canon por la F-1 de 2012 se diluyo como un azucarillo, cuando al año siguiente se despidió al Sr. Ecclestone.

Situémonos en aquel 2012, cuando la GV debería haber sido intervenida financieramente. La situación era tan crítica que se tuvo que poner en marcha el FLA. Sólo en aquel primer año, el gobierno central tuvo que prestar a la GV 3.830 millones de euros. Desde entonces el Ministerio de Hacienda concede préstamos extraordinarios de forma que era, y es, la administración central quien pone liquidez, para hacer frente a determinadas partidas indicadas por la GV. Un matiz para entender lo decidido entonces: el Tesoro del Reino de España no transfiere a su homólogo de la GV cantidad alguna, sino que hace frente a gastos que las distintas Consellerias argumentan, apuntando el préstamo a la CV. Desde ella se mandaron a Madrid los compromisos conseguidos por el Sr. Ecclestone. Se hizo en el mismo paquete en el que figuraba la supervivencia de nuestro servicio sanitario, las nóminas de la educación pública o las ayudas sociales con retrasos inaguantables.

¡La F-1 pasó por encima de otros capítulos sociales que no se pudieron atender!

Basados en el FLA de 2012 se dieron préstamos a la Conselleria de Economía de la que dependían las empresas públicas (vía el Instituto Valenciano de Finanzas) que permitieron el pago del canon de la F1. En julio de 2012 se le decía a Mr. Ecclestone que habría un cierto retraso pero que el dinero llegaría antes de septiembre ya que tendría su origen en fondos del gobierno central (en efecto llegó con un préstamo del FLA). Inicialmente la cantidad prometida se contabilizó como un crédito de la GV a favor de la sociedad interesada citada para luego ser objeto de capitalización mediante un acuerdo del Consell en mayo de 2013 y elevado a escritura pública en julio del mismo año. En 2013 la F-1 desapareció, sus huellas y sus deudas siguen entre nosotros.

El relato de lo pergeñado entre Camps y Ecclestone no debe ignorarse. En la organización y promoción del Gran Premio de Europa han intervenido a lo largo de los años tres sociedades: una privada, Valmor (la de Bankia, Roig y Aspar) y dos públicas, Circuito del Motor y Sociedad Proyectos Temáticos de la Comunidad Valenciana. Al principio Valmor iba a ser la promotora y como tal suscribió un contrato en junio de 2007 con la mercantil de Bernie Ecclestone. Empezando el fraude, Valmor suscribió un acuerdo designando a Circuito del Motor como organizador de la carrera a cambio de una cierta contraprestación de la que nunca se pagó nada, en perjuicio de los fondos de todos nosotros. Una empresa pública trabajó gratuitamente para una privada. Les aseguro que denunciarlo no sirvió de nada en aquellos años de Comunidad líder con la que tantos comulgaron. Poco servirá el episodio a la hora de mejorar la financiación autonómica.

Al constatarse que Valmor no iba a abonar el canon por el segundo gran premio, en 2009, se firmó un nuevo contrato, ahora con la Sociedad Proyectos Temáticos que asumía trabajar de copromotora. Es entonces cuando el Consell aprueba una modificación presupuestaria por la que 17,2 millones de euros, que en los Presupuestos de 2009 de la Conselleria de Economía iban a ir a proyectos de programas de empleo juvenil o a iniciativas turísticas, se usaron para afrontar el tal canon.

En las ediciones de 2009 a 2011 la Sociedad Proyectos Temáticos y Valmor ostentaron la condición de copromotores, mientras Circuito del Motor ostentaba la condición de organizador de la carrera, estando por tanto las tres entidades plenamente involucradas en la celebración y gestión del evento. Un periodo en el que las perdidas asociadas al evento fueron muy importantes, cuando se falsifican el número de entradas realmente vendidas y se siguió recurriendo a la ingeniería financiera basada en una GV que ya no pagaba a sus propios proveedores. Desde Valmor se defendía de forma torticera que eran ellos, como sociedad privada, los que hacía frente a los gastos. En realidad la deuda que Valmor mantenía con Circuito del Motor, era perfectamente conocida por el Consell de Camps.

Camps dimitió el 28 de julio de 2011, pero solo dos meses antes había recibido el voto de más de 1.200.000 valencianos (el 50,8% de votos emitidos) y ello a pesar que el caso de los trajes ya era ampliamente conocido. Sintiéndose apoyado por este voto popular, pocos días antes de dimitir puso en marcha «por orden directa» un aval del Consell. La operación se hizo a través de un contrato firmado el 19 de julio de 2011 tras un viaje a Londres del entonces president, realizado días antes. Un contrato que no solo incumplía los requisitos procedimentales para sus suscripción, sino que la GV no podía avalar ya que suponía la asunción como avalista de un riesgo económico ilimitado. Las consecuencias de aquello son materia judicial y el silencio es obligado.

Nombrado Fabra presidente, no tuvo mejor idea que adquirir Valmor por el simbólico precio de un euro, a finales de 2011 para que Circuito del Motor asumiera la gestión directa del Gran Premio de Fórmula 1 de 2012. Fue la reacción de un político cobarde, dispuesto a afrontar historias anteriores. La misma GV que negociaba el FLA, asumió una deuda cifrada en unos 30 millones de euros.

Ecclestone cobró con un préstamo del FLA. Esto no es materia judicial es amoralidad política.

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