La galopante despoblación de nuestros pueblos del interior no tiene freno. El mundo rural se muere. En nuestra Comunidad el Rincón de Ademuz es una de las zonas más afectadas, cuenta con siete poblaciones: Castielfabib, Ademuz, Vallanca, Puebla de San Miguel, Casas Bajas, Casas Altas y Torrebaja, a las que se suman diez aldeas. 370 kilómetros cuadrados para una población actual de 2.400 vecinos que en 1920 contaba con 11.194 habitantes. Para la mayoría de los valencianos el Rincón de Ademuz es una zona por descubrir; muchos simplemente saben que es un territorio pequeño separado del mapa de la Comunidad Valenciana que durante años se asoció al nombre de una carretera.

Históricamente fue ocupado por íberos, romanos, almohades y cristianos. Pedro II de Aragón en 1210 conquistó el territorio y luego se lo donó a su hijo Jaime I que desde estas tierras inició la Reconquista del Reino de Valencia. En 1616 la comarca sufrió un fuerte terremoto. Con la constitución de 1812 pasó a formar parte de la provincia de Teruel. En 1823 bajo la denominación de enclave, territorio incluido en otro de mayor extensión, volvió a pertenecer al Reino de Valencia. Durante la Guerra Civil Torrebaja sufrió muchos bombardeos pues aquí había un polvorín y se encontraban los mandos del Estado Mayor, actualmente se pueden visitar las trincheras y nidos de ametralladora que protegían la población.

La montaña más alta de la Comunidad Valenciana se encuentra en esta comarca, el cerro Calderón de 1893 metros. El río Turia riega un territorio rodeado de carrascas, pinos, nogales, chopos, álamos, robles y sabina. Numerosos senderos nos conducen a collados, molinos y ermitas. Nadie debería perderse el río Bohigues, la fuente del tío Manzano, el castillo de Castielfabib o la ermita de Nuestra Señora de la Huerta, joya del románico valenciano. Mención aparte merece la ruta del Pino Vicente, un formidable árbol de 250 años que germinó durante el reinado de Carlos III.

¿Tiene soluciones el Rincón? Afrontarán nuestros gobernantes este gravísimo problema o seguirán distraídos con politiquerías? Las políticas de gestos con foto incluida no dan resultado. Se necesitan intervenciones atrevidas. Los habitantes del Rincón deben implicarse especialmente. Hay que aumentar con incentivos el cultivo de tierras. Se debe apoyar a las empresas visitándolas y adaptando las ayudas a las necesidades reales. Los habitantes de poblaciones en peligro de extinción deberían beneficiarse de exenciones fiscales. Los valores catastrales conviene ajustarlos al precio del mercado. Se necesitan maestros para las escuelas y médicos con arraigo, para ello habría que crear bolsas de trabajo especiales. La carretera que une Torrebaja con Teruel debe mejorarse, para reducir la peligrosidad y el tiempo que cuesta llegar a Teruel. Sin buenas comunicaciones es imposible la recuperación. Sería bueno fomentar casas tuteladas y geriátricos para jubilados centroeuropeos; ello atraería a profesionales cualificados. La administración sanitaria no puede permitir que la comarca cuente con una única ambulancia.

Paco Casino, carpintero jubilado de Torrebaja, de la nada llegó a tener una empresa con ocho trabajadores; actualmente su hijo intenta mantenerla a flote con muchísimo esfuerzo. Irene y Marina, sus nietas, disfrutan yendo al pueblo aunque se lamentan de que a veces parece un pueblo fantasma. En estas tierras algunos se sienten turolenses, otros valencianos y los hay que son del Rincón; esto no tiene la menor trascendencia, lo realmente importante es garantizar que sus gentes se sientan personas con futuro en la tierra que les vio nacer y donde están enterrados sus seres queridos.