En una de esas semanas que no se olvidan en las redacciones de los medios, la detención del molt honorable expresident eclipsaba la compra del chalet en Galapagar de los líderes podemitas y hacía saltar las escaletas de los programas matinales en antena, excepto en «La Mañana de La 1», que no reaccionó adecuadamente escudándose en que no dan información política. Sin embargo, Lara Robles, una de sus redactoras, dejaba patente en las redes sociales que bien que informaron de las cremas de Cristina Cifuentes, casi con un monográfico, una vez claras las directrices. Pero en cuestión de horas el PP dejaba sin militancia a Eduardo Zaplana y, en esta ocasión sí, «Informe Semanal» sacaba los bártulos para venir a la capital del Turia a entrevistar, entre otros, a Julio Monreal como uno de los testigos de los logros del que fuera «el arquitecto del régimen», en palabras de Francesc Arabí en este diario.
Si en la tele pública seguían con sucesos, el resto de magacines y tertulias se lanzaban a la yugular del expresidente. Javier Ruiz pensará que al menos ha tenido la fortuna de informar de la noticia que muchos ya no esperaban dar antes de que finiquiten «Las Mañanas de Cuatro», con una cuota de pantalla en torno al 12 por ciento que dobla la de la cadena (5,8 en lo que llevamos de mayo). El martes en que cayó Zaplana alcanzó un 13,3 de share, solo una décima menos que «Al Rojo Vivo», con quien vive un intenso duelo periodístico diario. Una de sus seguidoras ha iniciado una campaña en change.org para pedir que no lo cierren y algunos no se resisten a manifestar su desacuerdo en público: Joan Baldoví pidió a Mediaset en una conexión en directo con el programa que se replanteara la decisión. El que también ha brillado con la desgracia del exministro de Trabajo de Aznar y portavoz del Gobierno de España ha sido «El Intermedio», con su mejor semana del año: unos dos millones doscientos mil espectadores cada día.
La entrada en prisión del cartagenero quedaba deslucida a su vez por la sentencia de la pieza principal del caso Gürtel que convertía casi en una colas el pleno con lazos amarillos en el Parlament de Cataluña. Aunque las dimisiones inmediatas, como mínimo, que se hubieran producido en otras democracias europeas no llegaron, el PSOE presentaba una moción de censura y Mariano Rajoy cancelaba su viaje a Kiev para presenciar la final de la Champions y comparecer en rueda de prensa. Algo es algo.
