Nadie debería sentirse extranjero en ningún lugar de la Tierra por ser esta una superficie esférica. Lo dijo Kant formulando una suerte de esquema geoético que nos sigue interpelando siglos después. Otro legado ilustrado señalaría que no nos hacen falta leyes de extranjería sino leyes de hospitalidad. En la misma estela se sitúa la defensa de una sociedad civil cosmopolita. ¿Qué tendrá esto que ver con el sector turístico?. Tal vez, todo. Sin valores el fenómeno turístico sería banal. No más que otros ámbitos de la economía pero, en este caso, nos perderíamos la oportunidad del gran potencial civilizador que presenta un sector que moviliza 1300 millones de personas al año. El turismo es una arma de construcción masiva. Más de 8 millones de turistas internacionales nos visitaron en el último año.

Quien siga nuestras opiniones cotidianas, sabrá que no nos gusta contar cabezas. Podíamos aprovechar este tiempo para surfear sobre cifras pero nos estaríamos suicidando. Lo que nos motiva es construir un relato con las luces largas. Por eso ahora toca tomar más decisiones estructurales que nunca. Hicimos el Libro Blanco de Turismo para una Nueva Estrategia en la Comunidad Valenciana y, tras mucho debate y participación polifónica, esta semana las Cortes han aprobado la nueva Ley de Turismo, Ocio y Hospitalidad. Sin votos en contra. Todos a favor excepto la abstención de un grupo. No es un tema menor en estos tiempos de convivencias democráticas complejas y severas limitaciones para enarbolar temas de estado.

La Ley no se conforma con un mirada administrativista. La nueva ley ha sido diseñada para construir un relato genuino, una verdadera propuesta de valor. Nuestras credenciales como promesa de territorio turístico avanzado.

Una ley no cambia el mundo pero ayuda a balizar los caminos de las transformaciones. Nace interpretando los cambios en un contexto global que no parará de mutar. Cambia la oferta, la demanda, los modelos de negocio, cambia el clima, la tecnología?

La ley articula una serie de compromisos y vectores de desarrollo ligados a la sostenibilidad integral. Contempla la innovación, el conocimiento y el capital humano como activos fundamentales de un sector que debe emitir cuanto antes un mensaje de responsabilidad social al conjunto de la ciudadanía. Somos el primer territorio del mundo que legisla transcribiendo el espíritu y la letra del Código Ético Mundial del Turismo.

La Ley consagra la hospitalidad como un elemento identitario y de transformación del modelo. La ley afronta la estrategia digital y el impulso de los destinos turísticos inteligentes. Prefigura el Estatuto del Municipio Turístico cambiando de paradigma. Las ciudades, en la diversidad de sus fisonomías, son la primera línea de defensa de un destino. Deberemos premiar la voluntad y la actitud proactiva de un municipio. Otra métrica que valore su adscripción a programas de calidad certificada, programas de sostenibilidad, inteligencia, accesibilidad, suscripción Código Ético, estrategia de promoción, etc.

La ley crea toda la arquitectura de una nueva gobernanza del sector y del territorio. No solo necesitamos saber a dónde vamos sino también quiénes y cómo avanzamos. El turismo es una obra coral en un territorio fértil en recursos, productos y actores sociales, empresariales e institucionales. Hemos diseñado una sala de máquinas del turismo valenciano que pretende resolver todos los desencuentros y descoordinaciones históricas. Necesitamos ser fuertes en la diversidad y liderar la compostura y la conjura común.

También la ley afronta la lucha contra el intrusismo, la economía sumergida y la competencia desleal con más instrumentos, tanto coercitivos como de gobernanza colaborativa. Sin alianzas ni pedagogía jamás neutralizaremos los atajos de la picaresca global.

La ley aborda el ocio como parte esencial del branding y la arquitectura de marca. Por primera vez el ocio no solo aparece vinculado a horarios o decibelios. Somos una tierra de músicos, bandas, festivales, artistas, creadores, hosteleros, dj´s, hedonismo y tolerancia. Un estilo de vida que vale la pena proteger y vender en ese mercado llamado mundo.