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Un baile extra eclesial, el más representativo del Corpus

Son muchos los que preguntan por el significado y el porqué de la Danza de la Moma y los Momos en la procesión de Corpus Christi. En el Corpus valenciano, además, es la icónica, la singular, la exclusiva, singular y más bella de la fiesta eucarística. El Bien (La Moma) lucha contra el Mal (los Momos), quien siempre acaban perdiendo y rindiéndose ante ella, la Virtud, la fuerza, el valor, trasunto de la Eucaristía.

La danza es bailada por hombres. La Virtud o Moma, el hombre personaje central del baile, figura ser una mujer vestida completamente de blanco con la cara tapada por una careta y un tul blanco. Sus manos están cubiertas por unos guantes blancos y en la cabeza lleva una gran corona de latón y flores blancas. Usa guantes blancos y lleva en su mano derecha un abanico, mientras que en la mano izquierda sostiene un cetro dorado rematado por el escudo de la ciudad. Els Momos llevan una blusa de terciopelo rojo y negro, pantalones amarillos y negros, medias blancas y sandalias de esparto, cubriéndoles la cabeza un pintoresco gorro. Representan un dragón y llevan antifaz negro, portan bastones.

En una de las crónicas de prensa del XIX leemos que la Moma «es una mujer, vestida con traje blanco muy pintoresco, con un delantal lleno de puntillas, en la manteleta, etc.; en la cabeza ostenta unas toscas cándidas y una voluminosa corona de flores, y sus manos van cubiertas con unos guantes albos, sostienen un cetro dorado y en la parte de arriba del remate va cogido el escudo de la Ciudad, que sostiene envuelto con un lienzo blanco muy fino y transparente, y oculta la cara con un antifaz blanco; todos los momos van danzando con castañuelas, al son de la dulzaina y el tamboril».

Se trata de una danza didáctico-religiosa de gran contenido simbólico y la que mejor cuadra dentro del entorno religioso de la fiesta de Corpus Christi. El hecho de que siempre fueran hombres los danzantes y no mujeres se debe en gran medida al carácter misógino que siempre tuvo la Iglesia y la sociedad en que se desenvolvía, donde a la mujer no se le daba cuartel, ni se le consideraba mucho. Afortunadamente esto está cambiando mucho y en algunos grupos de danza, sobre todo en los pueblos la Moma, personaje femenino es bailada por mujeres.

Para Josep Climent Barber, canónigo Prefecto de Música Sacra de la Catedral de València, director del Conservatorio Municipal de Música, refiriéndose a las danzas del Corpus valenciano: «Tenemos muchos bailes, diríamos populares, en torno a la fiesta del Corpus, destacando entre ellos, especialmente la Moma, que, aún siendo baile extra eclesial, no puede tener mayor significado religioso». No obstante ello, algún historiador del Corpus ha querido ver en esta danza una clara referencia a Apocalipsis 17, v.7, quae habet capita septem.

J. G. Atienza explica la Moma como «una danza pantomímica, que representa el asedio y ataque de los siete Pecados Capitales, los Momos, capitaneados por la Soberbia, a la Virtud o la Gracia, la Moma. A lo largo de su desarrollo, la Moma es acosada, tentada y fingidamente golpeada, para finalmente vencer sobre sus enemigos? En la danza actual, la Moma ha pasado a ser una figura casi pasiva, distante y mayestática, que no toma la iniciativa en ningún momento, y siempre es guiada por el único jefe visible de los momos, el pecado mayor o Soberbia».

Salvador Seguí y Fermín Pardo interpretan su evolución así: «Las banderas que portan los dos Momos abanderados son rojas y llevan pintado un dragón en rojo. Los Momos van delante del Capellà de les Roques abriendo cortejo, expresando el pensamiento de que no puede haber Bien sin el Mal. Siete son las figuras de la acción. La Soberbia se despega de la Moma y recorre la hilera de sus secuaces en zigzag, todos le siguen y forman un círculo que encierra a la Moma, giran en derredor de ella, pero no pueden seducirla. La Moma levanta su cetro y les echa hacia atrás, le tientan todos los pecados, vuelven a fracasar. Forman los Momos al final un pasillo por donde pasa la Moma, el Pecado Mayor toma a la Moma de la mano, la Moma se humilla ante los Pecados, fracasados se inclinan ante la Moma, que con su cetro toca a los Momos, los cuales caen arrodillados. En conclusión, la Virtud siempre vence al Mal quiere decir esta danza».

Rastreando en la abundante documentación sobre la fiesta de Corpus en Valencia, que existe en el Archivo Histórico Municipal, vemos que ya en el siglo XVI, concretamente en 1511, se habla de la Moma con motivo de la construcción de la Roca de l´Infern, que luego sería llamada de Plutón y la Diablera. En esta Roca iba la danseta de la Moma i els momos, la danza de los siete pecados capitales, «siendo la Gracia el vestido de mujer, que los desbarata quando en sus bayles se agavillan, y tienen los palos levantados». En una cartela se lee: Ladre con su rabia el Can: / Ardan en el de fuego Plutón: / Que todo trofeos son/ En la fiesta del Dios Pan». En esta Roca salían una veintena de personajes, casi todos ellos diablos, con un diablo mayor y una diablesa en el reparto. No faltó año en que en esta Roca a uno de los diablos o al dragón se le pusiera productos pirotécnicos para que fueran lanzando fuego por la boca en el transcurso del desfile. Muchas veces restaurada, en 2011 cumplió su 500 aniversario.

En 1900, el músico Salvador Giner compuso y estrenó el poema sinfónico Es chopà hasta la Moma, inspirado en un poema de Luis Cebrián Mezquita, donde se relata musicalmente un incidente meteorológico ocurrido en una de las Corpus en el siglo XVIII.

Una fuerte tormenta con gran acompañamiento de rayos, truenos y granizo interrumpió la procesión, refugiándose los participantes en las casas del itinerario.

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