Tres años de Compromís en la conselleria de Medio Ambiente, con PSPV y Podemos, y de nuevo, un día como hoy no tenemos nada que celebrar y mucho que criticar. No solo por las reprobaciones a la consellera en les Corts sino por la ausencia de actuación. Una desidia gestora que se escuda en una tasa de reposición ficticia que se traduce en falta de personal, aunque ni contratan ni actúan ya que tienen un 55% del presupuesto de 2017 sin ejecutar.

La consellería es la de las palabras bonitas y la amnesia crónica, nunca llega a ejecutarse aquello que promete. El nuevo secretario autonómico dijo hace un mes que en este último año haría todo lo que en tres no se ha hecho. El tiempo corre en su contra.

Tras el maquillaje de la consellera a las cuentas de Vaersa, tras la primera huelga de sus trabajadores, tras varios ceses y el destierro de Julià Álvaro, que tantos quebraderos de cabeza dio a la consellera, la gestión no llega.

Un malestar creciente de los agentes medioambientales por sentirse abandonados y engañados, mientras esperan que el vestuario de invierno les llegue en verano; planes de prevención de incendios de parques naturales caducados y sin revisar, a pesar de las advertencias del Síndic; indignación entre propietarios forestales porque la consellería ni hace ni deja hacer; hartazgo de los cazadores y agricultores por los daños que la fauna les causa y por las trabas de la consellería; cabreo de deportistas que ven frustados sus días de ocio y disfrute del medio ambiente con la negativa a realizar pruebas deportivas...sectores que el 26 de mayo gritaban por un mundo rural vivo.

Dos años después del informe de la Dirección General de Calidad Ambiental que afirmaba no poder controlar las emisiones de gases de efecto invernadero, ni tramitar los expedientes pendientes que suponen inversiones de 700 millones de euros para nuestra Comunitat y 1.500 puestos de trabajo, todo sigue igual. Sin olvidar el eterno plan integral de residuos, en revisión desde principio de Legislatura, las plantas de transferencia prometidas, las de tratamiento o los sellados de vertederos. Eso sí, aumentan los traslados de basura y las tasas de manera desmesurada, y todo, para seguir igual. Nada se va a invertir porque quienes ahora gobiernan eran quienes creaban plataformas para montar los numeritos e impedir que se construyeran plantas de tratamientos como la que ahora ponen de ejemplo, hecha en la última Legislatura del PPCV, la de Algimia.

Esto es lo que por dejadez del Consell del Botánic nos encontramos, un Medio Ambiente abandonado, que clama respeto, no inmovilismo, que grita vida, no olvido, un mundo rural que se niega a desaparecer y demanda actuaciones, pero que este Consell lo aboca al pozo más negro y profundo. Una situación hídrica de la que mejor no hablar, es como si para ellos a nuestra Comunitat no le faltara agua. Por omisión también se es responsable. Per un mon rural viu!